Arabia Saudita, Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes son los distritos más afectados. Hubo decenas de hospitalizaciones, cierres de escuelas y problemas en vuelos
Una tormenta de arena ocasionó este martes hospitalizaciones, cierres de escuelas y perturbaciones del tráfico aéreo en varios países del Medio Oriente.
Las tempestades de arena afectaron principalmente a la capital de Arabia Saudita y otras regiones del país, en tanto que en en otros países del Golfo como Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos presentaron condiciones similares.
Una espesa neblina gris hizo que edificios emblemáticos de Riad, como el rascacielos Centro del Reino, fueran “casi imposibles de ver a más de unos cientos de metros, aunque no se anunciaron retrasos ni cancelaciones de vuelos”, reportó la agencia AFP.
Además, las señales electrónicas a lo largo de las autopistas de Riad advertían a los conductores de que debían reducir su velocidad debido a la menor visibilidad.
En el centro de Riad la arena se acumuló en los coches y edificios y los residentes se esforzaron por mantenerla fuera de sus casas.
El centro de meteorología saudita pronosticó «vientos superficiales polvorientos» en el este y en Riad afirmó «que reducen la visión horizontal».
Y, de acuerdo al pronóstico, se esperan condiciones polvorientas más al oeste, en las ciudades sagradas de La Meca y Medina.
En algunas partes de Arabia Saudita suelen producirse tormentas de arena entre marzo y mayo, con una intensidad variable, en tanto que el país vecino Irak experimentó ocho tempestades de arena desde mediados de abril, de las cuales la última provocó el lunes la hospitalización de cerca de 4.000 personas por trastornos respiratorios, consignó AFP.
Condiciones similares atravesaron Bagdad, Irán y Kuwait, entre otros países de la región, donde la frecuencia de las tormentas aumentó en los últimos meses.
La llegada de masas de aire seco y frío fuera de temporada contribuyen a la proliferación de las tempestades de arena en el este de Siria e Irak «y luego su transmisión hacia la península arábica», dijo a la AFP Hassan Abdallah, del centro meteorológico WASM, en Jordania.
El agravamiento del fenómeno se explica por varios factores, como el bajo nivel de las aguas del Tigris y del Éufrates, la fluctuación de las precipitaciones anuales y el deterioro de los suelos, agregó.
Para enfrentar el problema, los países de la región «deben sembrar más árboles» y «emprender con urgencia medidas contra el bajo nivel Tigris y del Éufrates», señaló Abdallah.