La diócesis de la ciudad de Calama, en el norte de Chile, entregó este martes antecedentes a la Fiscalía sobre los supuestos abusos sexuales a un menor cometidos por un presbítero, en un nuevo escándalo que golpea a la iglesia chilena.
En julio pasado, la diócesis de Calama (1.600 km al norte de Santiago) inició una investigación sobre las denuncias en contra del sacerdote Jordi Jorba Navarro, quien habría abusado de un menor en 2003 cuando tenía a su cargo la Parroquia Asunción de la Virgen de esa ciudad, según indicó un comunicado de la iglesia.
Tres meses después y concluida la investigación, «los antecedentes respectivos fueron puestos a disposición de la Fiscalía local», indicó la nota.
Los informes también fueron enviados a la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, organismo que analiza los casos de pederastia al interior de la Iglesia. «Deberá pronunciarse sobre el fondo de esta investigación», agregó el comunicado.
Actualmente, Jorba Navarro está separado de sus tareas sacerdotales, y está prohibido de celebrar misas mientras se aclare esta situación.
La denuncia en contra de Jorba se une a otros cientos de casos sobre abuso sexuales que involucran a obispos, sacerdotes y religiosos que han provocado un terremoto al interior de la Iglesia chilena, la cual soporta la peor crisis de su historia.
«La Iglesia de Calama reafirma su más absoluto compromiso con la verdad y la justicia, en la convicción de que, con esta actitud se contribuye a sanar las heridas ocasionadas por los abusos, sexuales, de poder y conciencia por parte de algunos consagrados», sostuvo el comunicado.
Hasta ahora, el papa Francisco aceptó la renuncia de siete obispos chilenos, expulsó del sacerdocio a otros dos obispos eméritos y a los sacerdotes Karadima y Cristián Precht, reconocido defensor de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En paralelo, la justicia chilena mantiene 119 causas abiertas por casos de abusos cometidos o encubiertos por obispos y sacerdotes.