El país europeo también fue pionero en aprobar la vacuna Sputnik V en enero. Ahora le llegarán 550.000 dosis desde China, sobre un pedido total de 5 millones
Hungría empezó hoy a administrar la vacuna contra el coronavirus del laboratorio chino Sinopharm, convirtiéndose así en el primer país de la Unión Europea (UE) en hacerlo, tras haber sido también pionero dentro del bloque en usar la rusa Sputnik V.
«Hoy empezamos a vacunar con lotes chinos», anunció en un breve mensaje en la red Facebook el primer ministro Viktor Orban.
Las primeras 550.000 dosis habían llegado desde China a mediados de febrero, sobre un pedido total de 5 millones, lo suficiente como para vacunar a una cuarta parte de la población del país de 9,8 millones de habitantes.
Orban, quien había mencionado su preferencia personal por la vacuna desarrollada por Sinopharm a fines de enero, espera poder recibir la primera dosis la semana próxima semana, informó la agencia de noticias AFP.
Aunque la campaña de inmunización progresa, el país no se encuentra en una etapa lo suficientemente avanzada como para flexibilizar las restricciones para contener la pandemia, advirtió el primer ministro, en tanto una «tercera ola de coronavirus amenaza a Hungría».
Este país de Europa central registra actualmente alrededor de un centenar de muertos por día a causa de la Covid-19, lo que lleva el total de decesos a más de 14.550 desde el comienzo de la pandemia.
En tanto, el número de nuevas infecciones y pacientes hospitalizados aumentó drásticamente en febrero.
Hungría además fue pionero en aprobar la vacuna Sputnik V en enero, sin esperar la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el ente regulador de la UE.
El fármaco ruso, que tiene una eficacia del 91,6% en la prevención del coronavirus según los estudios de Fase 3 publicados en la revista científica The Lancet, comenzó a administrarse el 12 de febrero.
En esa ocasión, Orban criticó nuevamente el proceso de validación y compra de vacunas por parte de la UE, que juzgó demasiado lento.
«Cada día que pasásemos esperando a (la decisión de) Bruselas, perderíamos un centenar vidas húngaras», apuntó entonces el premier.
«¿Por qué debemos pensar que los expertos europeos son más inteligentes que nosotros? Confío más en los húngaros», aseveró.