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Buenos Aires se reinventa

Abre sus puertas, con nuevas remodelaciones, el Centro Cultural Recoleta


Con los jóvenes como centro y foco de sus actividades, e incluso de su remodelación edilicia, el Centro Cultural Recoleta reabrirá sus puertas hoy con todas su áreas funcionando, y lo celebrará con una gran fiesta que se extenderá hasta la medianoche con cruces de hip-hop, intervenciones, batallas de rap, y los shows de Juan Ingaramo y DJ Villa Diamante. 

El festejo empezará a las 18 y se extenderá por Plaza Francia y todo el Recoleta, que por primera vez después de un año reabrirá todas sus áreas en simultáneo, «reequipadas y reacondicionadas», tras una inversión de 114 millones de pesos que cubrió los 17.000 metros cuadrados de sus edificios históricos, incluido el convento del 1700 que en los años 80 rediseñaron Jacques Bedel y Luis Benedit. 

En busca de alojar todas «las nuevas escenas culturales que están vivas en la ciudad», el complejo de Junín 1930 cuenta ahora con los espacios permanentes «Cultura Hip-Hop»; «Clave 13/17» y «Ocio»; y salas públicas de «Estudio» y de «Dibujo», con mesas para dibujar a la par de ilustradores y diseñadores. 

Las innovaciones incluyen que la «Tienda» se haya volcado al diseño contemporáneo argentino; los muebles de diamante de espejo rojo diseñados por Pagliere para el «Hall» de entrada; y la transformación de la fachada por Yaia, dibujante de las principales marcas de Skate e indumentaria del mundo. 

«La ciudad necesita refrescarse con un relato y una mirada nuevas. Este nuevo Recoleta no es algo que viene desde arriba, de los grandes, no es el Estado regalando un lugar, por el contrario, se trata de preparar la casa para una visita deseada», explica a Télam Luciana Blasco, subsecretaria de Políticas Culturales y Nuevas Audiencias. 

Una casa enclavada en el centro de la ciudad que anualmente visitan 800.000 personas, convocadas por más de 3.000 huéspedes, entre adolescentes, artistas, creadores y activistas culturales que diseñan la Programación 2019.
«Hay un segmento de jóvenes, entre los 13 y los 17 años, que está contando el mundo, que le está poniendo nombre a las cosas que les pasan, que tiene códigos nuevos y el objetivo es ponerlos en contacto, que esas cosas tan potentes que hasta ahora realizaban en simultáneo pero disgregados se retroalimenten, reunidos en esta casa nueva que es hoy el Recoleta», resumió Blasco. 

¿Cómo es el nuevo Recoleta? «Un lugar libre, gratuito, abierto y cálido, con prestaciones muy profesionales para que los chicos lo sientan suyo, para que vengan a hacer, a ver, a estar y a conocerse. Nos gusta imaginarnos como una ciudad con muchos espacios, todos para recorrer», apuntó. 

En eso van iniciativas como la instalación de Wi-Fi en varias de sus salas de lectura y trabajo, «algo que parece menor -dijo Blasco- pero que no lo es para nada, porque una marca fuerte de esta generación es la necesidad de estar conectados». 

Todas las renovaciones, a cargo de ingenieros y arquitectos del Ministerio de Desarrollo Urbano, junto a curadores y artistas del Recoleta, se hicieron «a la medida de lo que va a pasar. Ahora es un lugar más luminoso, con mejor circulación, donde se puede pasar mucho tiempo haciendo cosas diferentes». 

La apuesta es «crear un espacio en construcción y movimiento permanente. Aquí se hizo La 1° Bienal de Arte Joven, al regreso de la democracia -grafica Blaso-; aquí ocurrió la multitudinaria ‘Kermesse’ de Liliana Maresca que desafió los cánones estéticos de su época». 

«Cuando todo eso pasaba los artistas no tenían tanta noción de que estaban dejando una marca, sino que hacían, vivían. Me entusiasma la idea de que los jóvenes construyan nuevos sentidos en un lugar donde se sienten bien, que los invita a hacer lo suyo, sin reglas estrictas y apostando a la construcción común alrededor de lo que les importa: que es hacer lo que les gusta y que los respeten», concluyó.