El hecho ocurrió en la localidad de Quetrequén. El papá de 31 años y la mamá de 18 están siendo investigados por la muerte
Un recién nacido fue asesinado a puñaladas en la localidad pampeana de Quetrequén y por el crimen demoraron a ambos padres de la víctima, informaron hoy fuentes judiciales.
El hecho se produjo ayer por la madrugada en una vivienda de dicha localidad de 500 habitantes, ubicada a la vera de la ruta 168, en el noroeste de la provincia de La Pampa, cerca del límite con Córdoba.
El fiscal general pampeano, Armando Agüero, informó a la prensa local que la Policía fue alertada de la muerte del bebé por el propio padre del recién nacido, quien alertó que su mujer había tenido un parto domiciliario e inmediatamente después le quitó la vida al hijo con un arma blanca, tras lo cual se le dio intervención a la justicia.
Según Agüero, ambos padres del fallecido fueron demorados y mientras la mujer debió recibir asistencia médica a raíz del parto, el cuerpo del bebé fue llevado a la Morgue Judicial de General Pico, donde se realizó la autopsia que determinó que se trataba de una muerte violenta por herida de arma blanca.
El fiscal general señaló que la mujer, de 18 años, quedó internada ya que también será sometida a una serie peritajes psiquiátricos y psicológicos.
Agüero explicó que, al padre, de 31 años, se le tomó declaración esta mañana, pero la mujer será indagada luego de que los médicos evalúen su estado de salud mental y determinen si está en condiciones de hacerlo.
En ese caso, la joven quedaría en calidad de imputada del delito «homicidio calificado por el vínculo».
En la causa intervienen los fiscales Juan Pellegrino, Verónica Campos e Ivana Hernández, quienes se trasladaron a Quetrequén junto a Agüero.
Los funcionarios judiciales dispusieron una serie de diligencias y tomaron testimonios en procura de establecer las circunstancias de la muerte del bebé y la presunta responsabilidad de sus padres.
También secuestraron un vehículo con el que el padre llevó al bebé ya muerto hasta la comisaría y que fue sometido a una serie de peritajes en busca de rastros sobre lo ocurrido.
«Es una pareja de Quetrequén (…) En principio no había ningún conflicto familiar. Le tomamos declaración a muchas personas que dijeron que nada hacía prever esto ni que existiesen hechos de violencia previos», añadió el fiscal general.