Policiales

Horror en cancha de fútbol de la región: mataron a un hombre durante un partido


El hecho ocurrió en la localidad santafesina de Juncal, en el departamento Constitución, a 115 kilómetros de Rosario

Un hecho de violencia extrema sacudió a la localidad santafesina de Juncal, distante 115 kilómetros de Rosario, este sábado por la tarde, cuando un partido de fútbol informal entre vecinos terminó en tragedia. En medio de una pelea entre jugadores, el padre de uno de ellos intervino en la disputa y asesinó de un disparo a un hombre de 35 años que minutos antes había tenido un altercado con su hijo.

El hecho ocurrió en un predio frente a la plaza del pueblo, junto a la escuela primaria, un lugar habitual de reunión para los jóvenes y familias de esta pequeña comunidad de 1.200 habitantes del departamento Constitución. Según los testigos, tras una discusión dentro del campo de juego, Atahualpa “Toro” López Alegre agredió a otro jugador. Fue entonces cuando intervino su padre, identificado como J. S. A., apodado “Paraguayo”, de 52 años, quien increpó al agresor y terminó disparándole con un revólver Taurus calibre .357 en el abdomen.

La víctima fue trasladada de urgencia a un hospital en Villa Constitución, pero falleció mientras era intervenida quirúrgicamente. Atahualpa era muy conocido en el pueblo: se ganaba la vida con trabajos de jardinería y changas, y jugaba en el Club Atlético Juncal, equipo de la Liga Deportiva del Sur, que decidió suspender la fecha prevista para este domingo tras el trágico suceso.

El agresor se entregó poco después en su domicilio, entregó el arma homicida y quedó detenido. La fiscal Eugenia Lascialandare lo imputará por homicidio simple.

«Es una locura lo que pasó, en una localidad pequeña que pasen estas cosas. Fue un shock. Estaban todos los chicos ahí, entre 40 o 50 personas, gente tomando mate. Fue bastante fuerte y todos estamos en shock», expresó el presidente comunal Marco Strifezza en declaraciones radiales.

El crimen dejó consternada a toda la comunidad, donde víctima y victimario eran vecinos y conocidos de toda la vida. El pueblo entero aún intenta asimilar lo que vivió.