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Horacio Lalia, uno de los dibujantes que dejó una huella en la historieta nacional


 

Por Mario Luzuriaga

Del 10 al 13 de octubre se presentará la 10° Crack Bang Boom, la feria de cómics que ya se convirtió en un clásico. En esta oportunidad se hará un homenaje especial a la historieta nacional, y el pasado 26 de septiembre se inauguró una muestra vinculada con el evento, donde participa el reconocido dibujante Horacio Lalia.

Lalia es reconocido por haber sido alumno y ayudante de dos grandes maestros como lo fueron Eugenio Zoppi, quien estuvo a cargo de «Misterix», y del dibujante Alberto Breccia. Este último utilizó el rostro de Lalia, de 20 años en ese entonces, para su célebre personaje «Mort Cinder».

Luego trabajó en «Hora Cero», bajo la atenta mirada de Héctor Germán Oesterheld y ya en 1975, el creador de «El Eternauta», inventó un personaje para Lalia, y ese fue «Nekrodamus». Hoy en día sigue vigente y en esta oportunidad se presentó la muestra «Breccia, Oesterheld, Lalia y la historieta argentina».

La muestra está vigente hasta el 20 de octubre en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa y Lalia dialogó con CLG.

—¿Cómo se siente ser distinguido con esta muestra en la que la comparte con estos maestros?

—Lo comparto con mis dos maestros como fueron Alberto Breccia y Eugenio Zoppi; y Oesterheld fue el que me dio mi primer trabajo y creo mi primer personaje «Nekrodamus». Yo no sé si fue adredede o no pasó (risas). Estoy muy feliz.

—No es para menos, ya que le han dedicado un espacio destacado en el centro cultural.

—La verdad que sí, yo no había visto nada, mandé todo y le dije a Carlos Barocelli, curador de la muestra, y está muy lindo lo que se armó.

—¿Cómo se introdujo en el mundo de la historieta?

—Bueno yo entro porque empiezo a trabajar con profesionales. Cuando yo empecé siendo ayudante de Zoppi era dibujante por afición. Tenía 16 años y me enteré por un amigo que había un dibujante en el barrio y le presenté mis trabajos. Este amigo habló con la mujer de este hombre y así empezó, y a los tres meses conocí a Breccia, porque con Zoppi era concuñados. Vivíamos en un triángulo que se trazaba entre Ramos Mejía y Haedo. Yo vivía a seís cuadras de Zoppi y a siete de Breccia. Al principio inicié con Zoppi, me gustó mucho y a los tres meses me convierto en ayudante de Breccia y ahí me compartían porque vivíamos en el mismo barrio.

—¿Qué era lo que más lo impactaba?

—Siempre me gustó dibujar, pero de pibe me gustaban mucho las adaptaciones. No era muy lector de historietas, si bien me gustaban, pero adoraba las adaptaciones hacía «Patoruzito» o  en «Intervalo», de las obras de literatura. Me encantaba.

—¿Se le ocurrió en ese momento hacer esas adaptaciones?

—Cuando empecé hacer «Panamericana» con Breccia, había decidido contar historias. Esa es la diferencia entre dibujar y contar historias dibujadas. Mucha gente confunde la historieta con dibujar bien, perfecto, pero también hay que expresar bien esto. Ahí es donde aparece mi interés por esto.

—¿Cuál era la particularidad que tenían Zoppi y Breccia a la hora de trabajar?

—Por mi condición, Zoppi me puso directamente a dibujar con él, inclusive pasar a tinta algunos fondos, y yo no tenía nada que ver con eso. Con Breccia fue distinto. yo hacía archivo y posaba mucho con él, todas las figuras se hacían mientras posaba.

—Y nació alguien muy importante…

—Yo les voy a contar que el personaje de Mort Cinder no salía en el primer capítulo. Entonces Breccia tenía que hacer a un tipo de cuarenta años que venía de la ultratumba y el utilizó mi cara para crearlo (risas). Yo tenía 20 años y ya Breccia había hecho «Sherlock Time» y después Mort que rompió todo. Se empezó a publicar en el 62 «Mort Cinder» y Breccia cuando se va en los setenta a Europa, pegó muy fuerte y acá anduvo muy bien después de que sea un éxito en el viejo continente. Luego de ahí conocí a Oesterheld por medio de Breccia y fui a pedirle trabajo en 64 en «Hora Cero»

—Ya en ese momento Oesterheld venía de «El Eternauta» y demás.

—Claro yo entré cuando el era el director de «Hora Cero», le llevo mi trabajo y me aceptó. Ahi me preparó 15 cuadros en una y 20 en la segunda; cuando voy por la segunda a entregarla, me hizo en la primera un nido de ametralladora japonés tomado por norteamericanos y la segunda fue un submarino norteamericano que quedó encayado y lo atacan los alemanes. Cuando íbamos a hacer el tercero cerró «Hora Cero» y fui a trabajar a editorial Columba y ahí seguimos.

—¿Cuándo nace «Nekrodamus»?

—Neckro nace en el 75, yo entré como colaborador e hice unitarias y después me encargan un personaje. Antes hice diversos trabajos para Oesterheld y uno en México sobre «El sargento Kirk». Lo vuelvo a encontrar en el 74 donde lo encuentro trabajando en editorial Récord y ahí creó a Nekrodamus.

—»El escapista» es uno de sus últimos trabajos ¿En qué estado se encuentra?

—Si junto con Santullo, estamos viendo si vamos a hacer una segunda parte. Ahora estamos haciendo «El best», es una historia que en dos capítulos lo terminamos.