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En la zona comercial

Hong Kong: una nueva manifestación terminó con represión policial


 

Una nueva manifestación tuvo lugar este domingo en la zona comercial y turística de Tsim Sha Tsui, Hong Kong, para apoyar a los periodistas y a la comunidad musulmana y contra la brutalidad policial. La protesta, considerada ilegal por no tener el permiso policial, terminó con represión por parte de los efectivos policiales quienes usaron gases lacrimógenos, gas pimienta y camiones hidrantes.

Hace una semana la policía roció con líquido de un cañón antidisturbios la entrada de la mezquita de Kowloon, un suceso que según las fuerzas de seguridad fue por accidente.

Desde fines de julio, la policía denegó el permiso a numerosas manifestaciones, lo que contribuyó a reducir la cantidad de participantes, aunque no el número de protestas que se habían convertido en masivas en junio a raíz de una polémica propuesta de ley de extradición.

Los reclamos mutaron hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos que rigen Hong Kong, una oposición al supuesto autoritarismo de Beijing y la lucha contra la brutalidad policial.

Las tensiones aumentaron hoy a medida que cientos de oficiales con equipo antidisturbios se desplegaron alrededor del parque y fuera del Museo Espacial y Centro Cultural y comenzaron a buscar a manifestantes con máscaras, una indumentaria prohibida por el gobierno de la ciudad desde hace semanas, consignó la agencia de noticias EFE.

La acción policial se produjo después de que la multitud se extendiera sobre Salisbury Road y bloqueara el tránsito. La policía disparó gases lacrimógenos y utilizó gas pimienta para dispersar a los manifestantes, informó el diario independiente South China Morning Post (SCMP). A última hora de la tarde, un grupo de manifestantes destrozó, incluso con bombas molotov, una estación de subte en la zona de Mong Kwok.

En los últimos cuatro meses, docenas de periodistas, además de cientos de manifestantes, resultaron heridos por gases lacrimógenos y balas de goma de la policía, entre ellos, un periodista indonesio que perdió la vista en un ojo por una bala de goma cuando cubría una protesta.