A veinte años de su prematura muerte –a los 60, el 27 de noviembre de 2002– la Fundación que lleva su nombre apunta a difundir su legado y también a resignificar su obra a la luz de los nuevos tiempo
Con una muestra anual y actividades eclécticas, la Fundación Klemm presenta el programa «Encantador De La Noche. Federico Klemm 1942-2002» dedicado a recordar y difundir la obra del artista, mecenas, coleccionista y performer Federico Klemm, a ochenta años de su nacimiento y veinte de su muerte.
Verborrágico, excéntrico, visionario, Klemm llegó a la Argentina de niño escapando de la Checoslovaquia ocupada y se convirtió en el primer artista queer de la escena nacional, en un coleccionista notable y en un emblema de la cultura en los noventa. Amante y conocedor de la ópera y la pintura, la fama le llegó -como todo en aquella época- por la pantalla, cuando 1994 ganó popularidad por «El banquete telemático», un programa de cable hipnótico y pedagógico en el que educaba en Bellas Artes a la audiencia.
A veinte años de su prematura muerte –a los 60, el 27 de noviembre de 2002– la Fundación que lleva su nombre apunta a difundir su legado y también a resignificar su obra a la luz de los nuevos tiempos.
La inauguración será el 31 de marzo y dará inicio un año de homenajes al artista con una exposición con obra en tres episodios. Se exhibirán sus foto-pinturas y foto-collages, objetos, documentos de archivo, mobiliario y una selección de piezas de su colección -actual patrimonio de la Fundación-, con la curaduría de Federica Baeza, Guadalupe Chirotarrab, y Santiago Villanueva.
El primer episodio, «Telecristales y homoerotismo», según el equipo curatorial “indaga en la representación del cuerpo masculino, en figuras que se camuflan entre mitos y relatos religiosos, se trata en realidad de cuerpos sexualizados, deseados y deseantes. Estas imágenes, que luego se integraban a sus foto-pinturas, tenían su punto de partida en tomas que el mismo Klemm hacía a sus modelos”
El segundo episodio, «El cisne en llamas», hará foco en la relación entre Klemm y Mildred Burton.
El momento final, «Opera madre», abordará la relación de Federico con la Ópera y con su madre y ocuparán un lugar central. “Federico se imaginó a sí mismo como un cantante lírico, actividad escénica que practicó tanto en alguna de sus performances como en sus apariciones espontáneas en eventos nocturnos”, cuentan los curadores.
Para celebrar el doble aniversario también se presentarán una serie de intervenciones y activaciones como un registro audiovisual con material del Archivo de la Fundación, seleccionado por el equipo curatorial y editado por el artista invitado Joaquín Aras, y una propuesta de sitio específico del artista Daniel Basso, quien fue Primer Premio Klemm en 2020, que irá sumando capas de sentido entre las obras del patrimonio y las imágenes icónicas del artista.
Finalmente, en el segundo semestre del año, como todos los años, la Fundación se concentrará en la organización del XXVI Premio Klemm a las Artes Visuales. Como ya es costumbre, el primer y segundo Premio ingresarán al patrimonio de la Fundación, y, de esa forma, se integrarán a los recorridos curatoriales, programas públicos y del nuevo espacio de aprendizaje.