Un emotivo momento tuvo lugar en Canadá, en la zona de Alberta. Personas vieron hambriento a un caballo y lograron rescatarlo
Una historia conmovedora tuvo lugar en Canadá, en la zona de Alberta, donde abundan los caballos salvajes. Uno de ellos quedó atrapado en un pantano. Personas que pasaban por el lugar lo vieron hambriento y desfalleciendo y logran rescatarlo.
La pequeña ciudad de Sundre, en Calgary, con una población de 2700 personas, se considera la puerta de entrada a las laderas de las Montañas Rocosas de Alberta, hogar de los caballos salvajes que sobrevivieron allí durante más de dos siglos y medio.
Los caballos salvajes de la zona, son animales resistentes y robustos que deambulan por los bosques, pantanos y praderas en bandas familiares muy unidas. Pero un pantano pudo más que la resistencia y robustez de un caballo de 2 años.
La muerte del animal fue evitada justo a tiempo gracias a un grupo de amantes de esos animales que lo encontraron atrapado en un pantano fangoso en el sur de la provincia de Alberta. El animal no habría sobrevivido durante la noche.
La semana pasada, miembros de Help Alberta Wildies Society (HAWS) estaban buscando nuevos potros cerca de Sundre, al norte de Calgary, cuando de casualidad encontraron a una potrilla casi sin fuerzas, que luchaba y no lograba salir fuera de un pozo de lodo de dos metros con hielo alrededor de los bordes.
Darrell Glover, miembro de la Help Alberta Wildies Society, dijo que el espeso barro y el hielo imposibilitaron que el animal saliera solo. El agujero en el que cayó tendría al menos dos metros de profundidad. «Si no hubiéramos pasado por el lugar en ese preciso momento dificilmente habría pasado de la noche», explicó Glover en declaraciones recogidas por Radio Canadá Internacional
Los sementales tienden a mantener sus tropillas en territorios familiares. Pero es muy probable que, al no poder salir del pozo, la manada siguiera camino. Por esa razón, Glover estimó que el potrillo llevaba un buen tiempo atascado en el lodo. Al grupo de rescatistas le llevó una hora sacar del pozo al caballo.
Glover dijo que el animal estaba exhausto y terriblemente hambriento. «Habría podido comer todo el pasto alrededor del pozo y todo lo que estaba a su alcance. Incluso después que salió del pozo, no se alejó de las personas como lo haría un caballo salvaje. Sabía que se encontraba entre amigos. Empezó a pastar tranquilamente».