La institución ubicada en Colombres 1610 fue fundada en 1932 por un grupo de amigos bancarios y desde entonces no deja de crecer a la vera del Paraná
Es un orgullo de la costa rosarina. Mira al río y no deja de expandirse. El Club Bancario Rosario late a buen ritmo desde las entrañas de Colombres 1610. Es un punto de encuentro tan natural como familiar y conjuga la creación y lo deportivo bajo un mismo cielo desde su emblemática fundación: el 17 de junio de 1932.
La primera piedra fundacional fue puesta en Rondeau 2932. “Esto fue creado por una idea de un grupo de bancarios que querían tener un lugar para compartir luego de sus respectivas tareas laborales”, rememoró el actual presidente de la institución, Carlos Néstor Farías, quien se encuentra al frente del cub desde hace casi 22 años y comentó: «Luego, esos mismos dirigentes vendieron en calle Rondeau al 2900 y compraron estos terrenos. Eran visionarios. Adquirieron este lugar y desde 1950 no dejamos de crecer como club”.
Según contó el dirigente, las actividades ofrecidas por la institución fueron aumentando y creciendo en caudal de deportistas con el correr del tiempo, tal es así que es un espacio que está en permanente desarrollo. “Tenemos muchas opciones para el asociado. Contamos con propuestas al aire libre como náutica en todas sus ramas. Bancario sigue desarrollándose con actividades pujantes como fútbol, hockey, natación, voley, tenis criollo, paddle, beach vóley, tenis inglés, pesca, patín, entre otros”, describió Farías.
Dentro del espacio se percibe cómo la masa societaria copa con marcado sentido de pertenencia cada lugar del predio. La postal natural se completa con dos amplios quinchos, parrilleros, un amplio solárium, pileta, salones techados y un buen buffet.
El presidente recordó además que “en su momento tuvimos bochas, que era muy popular por entonces”. Y agregó: “Realmente el abanico de propuestas que se abrió fue impresionante. A tal punto que nosotros tenemos un predio en la isla, que también se disfruta. Bancario siempre está en crecimiento”.
Lo que viene, en Ibarlucea
Uno de los proyectos que ya está en marcha y pinta para muy convocante funciona en la vecina localidad Ibarlucea. “Logramos mediante una gran persona amiga un terreno de seis hectáreas en el complejo Cinco Lagos, sobre la ruta 34”, contó Farías, y señaló: «Ahí estamos haciendo un desarrollo bastante importante de un nuevo club. Ya tenemos un avance de obras en un casi 80 por ciento para todo lo que será destinado al hockey, que dicho sea de paso ya están practicando y compitiendo allá”.
Farías además detalló que en el proceso de ampliación está decidido llevar la parte del fútbol a Ibarlucea, «así todos los deportistas podrán estar más cómodos». En ese marco se realizaron vestuarios y un estacionamiento en el predio para tal fin.
“Tenemos muchas ideas y queremos hacer mucho más. Incluso, vamos a hacer un nuevo salón arriba del buffet, que es histórico y amplio. Además tenemos listo el proyecto para terminar con la caleta, que es una inversión importante”, afirmó Carlos.
A su vez, indicó que «contamos con todo el desarrollo para hacer el espigón norte y terminar el espigón de la parte de caleta, con las pasarelas correspondientes», y añadió: «Estamos siempre tratando de brindarle muchos servicios más a la masa societaria, que no necesariamente debe ser empleado bancario. Este lugar está abierto a toda la comunidad rosarina”.
“Bancario es todo para mí”
Carlos habla de Bancario y sus ojos parecen ser la combustión que genera impulso para destilar palabras de emoción. “Hace casi 22 años que estoy al frente del club, este lugar es una parte de mi vida”, desprendió el hombre de 60 años.
“Asumí la presidencia el 1 de julio del 2004. Desde entonces el club pasó a ser una de mis prioridades diarias. Ojo que solo no se logra nada. En todos estos años siempre tuve colegas y amigos de gestión que también dejaron o dejan todo por este lugar”, reconoció el dirigente.
Nacido en la localidad cordobesa de Corral de Bustos, Carlos arribó a Rosario siendo muy joven para cumplir funciones en la sucursal local del Banco de Córdoba. “La verdad es que extrañaba mucho mi pueblo. No me adaptaba a la ciudad. Entonces le dije a mi señora, que es oriunda de acá, que si no conseguíamos un lugar con un espacio verde, me volvía”, contó.
Luego afirmó: “No estaba dispuesto a quedarme. Extrañaba mucho el verde, el campo, el aire libre. Fue entonces que mi esposa me agarró y me dijo, vamos al club Bancario. Y empezó todo”.
“A los dos meses de ser socio, empecé a involucrarme en la comisión directiva. Quería trabajar, ayudar. Arranqué en 1987 de vocal hasta que en 2004 me involucré como presidente. Desde entonces fui electo presidente por los delegados de todos los bancos”, destacó con orgullo.
El actual directivo enumeró además que “me han renovado la confianza mis colegas a través de todos estos mandatos. Es algo muy gratificante y demanda mucha responsabilidad. Así que hasta el 20 de junio del 2026 estaré acá, al frente del club. Luego se verá. Tengo 60 años y hay que darle espacio a las nuevas generaciones, que entre todos seguiremos haciendo más grande a Bancario”.
“Lo que pasa es que Bancario es parte de mi familia. Lo vivieron mis hijos, lo vive mi señora. El escudo está en cada pieza de mi casa o en una calcomanía. En una botella de vino o en un vaso. También en una gorra o remera”, expresó. “Rosario me dio un lugar en la vida. Y Bancario es mi vida”, cerró con la voz entrecortada mientras sus brillosos ojos se inundaban de emoción.