Investigadores del Conicet encontraron hojas en la biblioteca de Princeton que fueron impresas entre 1492 y 1493
Cinthia María Hamlin, investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas y Crítica Textual, encontró en la Universidad de Princeton (New Jersey, Estados Unidos), dos folios -es decir, dos hojas- de lo que denominó el más antiguo vocabulario (diccionario, en términos actuales) castellano del que se tenga conocimiento.
Se trata de un hallazgo de la investigadora en colaboración con Juan Héctor Fuentes, latinista y también investigador del Conicet, y según pudieron determinar las hojas halladas en la biblioteca de Princeton fueron impresas entre 1492 y 1493.
Aunque solo fueron encontradas dos hojas del incunable, que incluyen el prólogo completo y setenta y siete entradas de la letra ‘A’, Hamlin y Fuentes establecieron su correspondencia con un vocabulario manuscrito completo (aunque sin prólogo) del siglo XV, del cual hasta el momento no se había podido determinar el autor ni la fecha precisa de su realización, motivo por el cual había pasado casi desapercibido para la crítica, informó el Conicet a través de un comunicado de prensa.
«Hay que aclarar que existe un vocabulario previo que contiene palabras en castellano, pero no en un rol protagónico. El primer diccionario que presenta palabras en español entre sus definiciones es el Universal Vocabulario en latín y en romance (UV) de Alfonso de Palencia de 1490: en una columna es un diccionario latín-latín (palabras latinas, definidas en esa misma lengua), definiciones que son en la columna de al lado traducidas al castellano», explicó Hamlin.
Sin embargo, aclaró que lo que encontraron «es el primer diccionario castellano-latino, en el que los lemas -las palabras que se definen- están en castellano, utilizado también en las definiciones para explicar y/o acompañar la equivalencia latina. O sea, que es un diccionario sobre el castellano, mientras UV no dejaba de ser sobre el latín».
En ese sentido, la investigadora señaló que al avanzar con la investigación pudo también determinar que el autor del vocabulario copiado en el manuscrito y, por lo tanto, del incunable, es el propio Alfonso de Palencia, considerado uno de los humanistas más importantes del siglo XV.
Los resultados de esta parte de la investigación serán próximamente publicados en la revista Boletín de la Real Academia, explicó la institución en el mismo comunicado.
Se denomina incunables a aquellos libros que fueron impresos entre mediados y fines del siglo XV; más precisamente, entre el momento en que Johannes Gutenberg inventó la prensa de imprenta con tipos móviles y el año 1501.
Y según explicaron los académicos, la posibilidad de hallar un incunable totalmente desconocido es tan poco habitual que se estima que -con suerte- ocurre una vez cada quince años para cada lengua, pero siempre que sucede significa un hecho de gran trascendencia para el campo de la historia del libro.