Un equipo de astrónomos encontró una estrella que permite «viajar al futuro» del sistema solar para averiguar cómo sería dentro de cinco mil millones de años, con el Sol muerto. Era un gran enigma hasta el momento, pero gracias a este descubrimiento, las precisiones sobre cómo sería el Universo son mayores.
La estrella está a 400 años luz y es una enana blanca, un astro parecido al Sol que hace miles de millones de años agotó su combustible de hidrógeno. Según explicó diario El País, usando el Gran Telescopio de Canarias, uno de los observatorios ópticos más grandes del mundo, los astrónomos pudieron estudiar la composición de la nube de gas que la envuelve.
“La razón principal por la que estudiamos estas estrellas es que el Sol terminará siendo una de ellas”, explica Paula Izquierdo, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias y coautora del estudio publicado este jueves en Science.
Según determinaron, desaparecerán Mercurio, Venus y la Tierra. «Cuando los planetas más cercanos al Sol sean engullidos, las fuerzas de marea [efecto secundario de la gravedad] los acabarán desmembrando. Una vez el Sol vuelva a encoger y se convierta en una enana blanca, quedará en torno a ella una nube de escombros muy similar a la que vemos ahora”, detalló.
En el trabajo los astrónomos describen las líneas espectrales que emiten los gases hallados en torno a la estrella, denominada SDSS J122859.93+104032.9, y confirman que hay un cuerpo sólido del que se están evaporando metales que puede tener hasta 600 kilómetros de diámetro.
La roca, que serían el equivalente al esqueleto de un planeta cadáver, órbita tan cerca de su estrella que le da una vuelta aproximadamente cada dos horas. Su temperatura es de unos 1.700 grados y los gases apuntan a que está hecha principalmente de hierro, igual que el núcleo de la Tierra.
“Uno de nuestros próximos objetivos es encontrar y analizar todas las enanas blancas a unos 130 años luz a la redonda de la Tierra. Escogeremos las que presentan metales para un análisis más detallado. Gracias a nuevos instrumentos que se instalarán en varios telescopios terrestres, incluido el William Herschel de La Palma [Canarias], podremos estudiar mejor estos astros y sus restos planetarios, lo que a su vez nos servirá para entender mejor el final de nuestro propio sistema solar”, concluye Izquierdo.