La Policía de Tucumán procuraba dar con los responsables del crimen de Priscilia Paz, la joven de 27 años que fue encontrada asesinada a golpes en un cañaveral nueve días después de haber desaparecido cuando regresaba a su casa de San Pablo, cerca de la capital provincial.
El cuerpo de la mujer, que tenía un hijo de tres años, fue hallado ayer en un cañaveral situado a la vera de una ruta, a unos 13 kilómetros de San Miguel de Tucumán.
Según su padre, Pedro Paz, la chica fue encontrada «desfigurada» a golpes en un cañaveral situado a apenas unos cuatro metros del trazado de una ruta cercana a su domicilio y a una estación de servicio.
El hombre señaló que a su hija «la golpearon mal, estaba muy golpeada. Parecía como si la hubieran atado de las manos para poder castigarla».
«Estaba desfigurada. Estos hijos de puta la desfiguraron.
Cuando la vi, no la reconocí. Caí arrodillado del dolor de verla así», añadió en declaraciones al diario La Gaceta.
La joven había sido vista por última vez con vida el 22 de julio pasado cuando salió de su trabajo en un hotel de alojamiento de la localidad de El Manantial.
Habitualmente tomaba un colectivo para viajar por la ruta provincial 301 para dirigirse a San Pablo y caminar unos 600 metros hasta su domicilio, pero esa mañana nunca llegó.
Una de las principales hipótesis que manejaba la Policía es que la joven fue asaltada por varias personas cuando bajó del colectivo y empezó a caminar hacia su casa.
En ese sentido, se sospecha que la chica intentó escapar de los asaltantes, quienes la persiguieron, la atacaron a golpes y la despojaron del celular que llevaba.
El abogado de la familia de la joven, Javier Lobo Aragón, sostuvo que en realidad el cuerpo «fue plantado», ya que la zona en la que fue encontrado ya había sido rastrillada sin éxito.
«El lugar del hallazgo está pegado a la ruta. Se hizo una medida policial y fue encontrado el cuerpo. Permanentemente hubo rastrillajes de los que participaron la Policía y los pobladores», explicó el letrado.