Miles de manifestantes volvieron a las calles durante toda la jornada del martes para exigir la renuncia del presidente de Haití, Jovenel Moise. Además, líderes opositores convocaron a una movilización nacional para el próximo viernes.
La mayoría de quienes marcharon habitan en la populosa barriada de Cité-Soleil, en la capital Puerto Príncipe, donde es notoria la falta de infraestructura y servicios básicos como educación, sanidad y empleo. Medios locales y la agencia de noticias EFE consignaron que varias personas resultaron heridas, cuando la policía reprimió a los manifestantes para impedir que llegaran hasta la plaza Champ de Mars, en los alrededores del Palacio Nacional, la ex sede presidencial.
«La movilización continuará; todos deben respetar la decisión de las personas que exigen la salida de Moise. La comunidad internacional ya debe posicionarse junto al pueblo», dijo en rueda de prensa André Michel, líder del Sector Democrático y Popular, una de las organizaciones de oposición.
El plan de los manifestantes es mantenerse en las calles para marchar el viernes hacia las oficinas de la ONU en Puerto Príncipe, cercanas al aeropuerto. Las actividades siguen paralizadas, las escuelas cerradas y el transporte público reanudado tímidamente en algunas zonas de la capital desde el inicio de las actuales protestas, la semana pasada.
Varias organizaciones de defensa de derechos humanos pidieron a Moise que tome «una decisión histórica para evitar una profundización de la crisis política» de Haití, el país más pobre de América. A través de un documento, señalaron que Moise «perdió el mando del país desde los violentos disturbios ocurridos en julio del año pasado, por lo que debe mostrar un gesto patriótico y renunciar al cargo».
«El país está reducido a un micro-Estado bajo la ley internacional. Las autoridades actuales son las más descaradamente incompetentes. Son incapaces de mantener el orden interno y la seguridad dentro de las fronteras, de satisfacer las necesidades de la población y de respetar los compromisos internacionales», afirmaron.
Mientras se producen estos acontecimientos, el gobierno continúa con el nombramiento e instalación de ministros, directores generales y secretarios de Estado. La honda crisis económica y política que atraviesa Haití se agravó a fines del mes pasado con una escasez de combustible que se debió, entre varios motivos, a la falta de liquidez de los importadores y a los problemas financieros del gobierno para subsidiar la compra del carburante en el mercado, tras el fin de los envíos de crudo a precios subsidiados desde Venezuela.