El mandatario haitiano Jovenel Moïse fue asesinado por un grupo de hombres armados en su domicilio durante la madrugada del miércoles
El primer ministro de Haití, Claude Joseph, anunció que los presuntos responsables de la muerte del presidente Jovenel Moïse cayeron en manos de la Policía y el Ejército.
El presidente haitiano fue asesinado por un grupo de hombres armados durante la madrugada del miércoles en su domicilio. Su esposa fue herida y se encuentra hospitalizada en Miami, Estados Unidos.
Horas después del ataque, Haití declaró el estado de sitio.
La Policía asegura que después de enfrentamientos, habrían muerto cuatro de los mercenarios, mientras que consiguieron capturar a dos de los presuntos perpetradores del crimen.
Desde la fuerza pública aseguran que «capturarán o matarán» a todos los involucrados.
También se informó que consiguieron liberar a tres policías que los criminales tenían como rehenes.
El presidente haitiano fue asesinado durante la madrugada del miércoles 7 de julio luego de que hombres armados —todavía sin identificar públicamente— asaltaran su residencia, en Puerto Príncipe, la capital, según informó Joseph.
«Los presuntos asesinos del presidente Moïse interceptados por la Policía en Pelerin poco antes de las 18:00», publicó en Twitter el secretario de Estado de Comunicación, Frantz Exantus.
También se supo durante la tarde del miércoles, que la primera dama de la nación, Martine Moïse, herida de bala durante el asalto, fue trasladada a un hospital de Miami, en los Estados Unidos, para se tratada de su condición crítica.
Así lo anunció el embajador de Haití en Washington, Bocchit Edmond, en una rueda de prensa.
La viuda del presidente asesinado fue internada en el centro traumatológico del Hospital Jackson Memorial, donde lucha por su vida tras haber sufrido impactos de bala durante el ataque contra el mandatario haitiano.
Las autoridades de Haití pidieron calma a la ciudadanía ante lo que denominan «un acto inhumano y bárbaro».
«Esta mañana, a la una de la mañana, 7 de julio, un grupo de personas no identificadas, cuyos integrantes hablaban en español e inglés, asesinaron al presidente de la República. El presidente ha muerto a causa de sus heridas», reza el comunicado oficial.
Según el célebre reportero del medio local ‘Le Nouvelliste’, Robenson Geffrard, el ataque habría sido perpetrado por un grupo comando «integrado por elementos extranjeros».
El medio haitiano informó que uno de los hijos del presidente estaba en la residencia durante el ataque, pero quedó a salvo.
El jefe de Gobierno prometió que los responsables del ataque se enfrentarán a la Justicia y envió saludos de condolencias a la familia del asesinado líder haitiano.
Moïse, en el cargo desde febrero de 2017, había denunciado amenazas a su Gobierno, en medio de la crisis política y social que vive la nación desde el pasado febrero, con masivas manifestaciones en contra del mandatario.
Además, creció la violencia política en la nación más pobre de América Latina, que lucha por alcanzar la estabilidad desde la caída de la dictadura de los Duvalier en 1986.
En su historia, Haití lidió también con una serie de golpes de Estado. Entre 1945 y 2019 se produjeron 23, 15 de ellos exitosos, así como diversas intervenciones extranjeras que han debilitado a la nación.
Durante la noche del martes al miércoles se habían escuchado disparos en toda la capital, donde desde hace meses se ha producido un incremento de la violencia de las bandas criminales, vinculadas al narcotráfico, por el control de las calles.
El primer ministro interino llamó temprano a la calma y señaló que «se están tomando todas las medidas para garantizar la continuidad del Estado y proteger a la nación».
Joseph había sido destituido de su cargo el pasado lunes, cuando el presidente haitiano luego asesinado nombró a Ariel
Henry como nuevo primer ministro, con la tarea de formar un Gobierno de consenso.
En diálogo con France 24 en inglés, el ex embajador de Francia en Haití Didier Le Bret dijo que tras el asesinato, que hace tambalear los cimientos de una nación en crisis, «habrá una transición que podría desencadenar en cierta violencia si no se hace nada para evitarlo.
Requerirá que las naciones amigas ayuden con todo lo que puedan.
El inestable país caribeño –de 11 millones de habitantes– está muy dividido políticamente y enfrenta una fuerte crisis humanitaria, con escasez de alimentos, falta de oportunidades laborales y el agravamiento de la crisis económica debido a la pandemia de Covid-19, que ha estado desatendida por las autoridades.
Haití es uno de los pocos países del mundo que todavía no han recibido ni una sola dosis del suero contra el patógeno.
En paralelo, el país está también sumido en una honda crisis de seguridad, más de 150 personas fueron asesinadas y otras 200 secuestradas entre el 1 y el 30 de junio pasado en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, según reveló este martes un informe del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH).
«Las expectativas de los haitianos son de zozobra. La gente no sabe qué hacer. La comunidad internacional debe acudir a la clase intelectual y dirigente, si es que hay, para tratar de fortalecer las instituciones», dijo a France 24 Louis Jean-Pierre Loriston, doctor en Ciencia Política y Administración Pública.
En los últimos meses, los líderes opositores exigieron la dimisión de Moïse, argumentando que su mandato culminaba legalmente en febrero de 2021 –cinco años después de las caóticas elecciones de 2016– y no en 2022, como defendía el presidente y sus partidarios.