Un estudio comprobó que dar un regalo, y hasta ver cómo entregan un regalo, es más gratificante que recibirlo
Un estudio comprobó que dar un regalo, y hasta ver cómo entregan un regalo, es más gratificante que recibirlo
Llegan las fiestas, reuniones familiares, comida, festejos y para los más chicos, y no tanto, regalos. Un regalo representar un sentimiento de cariño o amor para con otra personas. Sin embargo, realizar un regalo, por más difícil que parezca, es más placentero que recibirlos.
Navidad, Reyes Magos, cumpleaños, aniversarios, o por el simple hecho de regalar, sea cual sea la ocasión pone en juego la generosidad propia de los actos prosociales tiene un sitio en el cerebro, en su hemisferio derecho. Este fenómeno también se pudo observar en los niños muy pequeños, a los que se les supone un mayor egocentrismo y egoísmo.
En un estudio, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de British Columbia, contemplaron la posibilidad de fijar si los menores de dos años mostraban más felicidad al recibir un regalo o al hacerlo.
Con tecnología de primer nivel, codificaron las caras de los niños con una escala de «Nada feliz» hasta «Muy feliz». Allí, compararon las expresiones emocionales de los niños a lo largo de varios momentos: recibir golosinas, darle una golosina a un peluche, dar una golosina de otra persona a un peluche o regalarse una golosina a otra persona.
Los resultados mostraron que los niños, no sólo no mostraban disgusto al regalar, sino que mostraban más felicidad cuando le daban la golosina al peluche que cuando la recibían ellos mismos.
De forma más significativa, sus caras reflejaron más felicidad cuando regalaban una de sus propias golosinas al peluche, lo que sucedía independientemente del grado de entusiasmo mostrado por el peluche (manejado por el experimentador).
Según los autores, éstos resultados podrían tomarse como apoyo a la idea de que la felicidad podría actuar como una recompensa que hace que repitamos una y otra vez esos comportamientos prosociales, más allá de la pura socialización o el papel de la educación en estos hábitos.
Si quieres sentirte tan feliz como estos niños basta con pensar en un ser querido y hacerle un regalo original. Y si además ese regalo puede mejorar su cerebro y el tuyo, pues la alegría es compartida es alegría dobles.