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Hacer el bien en los tiempos más difíciles: se quedó sin trabajo y puso un comedor


CLG trae la historia de Roxana, una rosarina que quedó desempleada en plena pandemia y decidió poner un comedor para ayudar al barrio: cómo colaborar

El efecto de la cuarentena en la demanda alimentaria del país fue prácticamente inmediato. La cantidad de personas que va a buscar un plato de comida se multiplicó de forma notoria, lo que generó que las instituciones sociales barriales no den abasto. Sin embargo, a la par de que creció la demanda, también nació un enorme número de nuevos comedores y merenderos.

Hoy, más de dos meses después del inicio de la cuarentena, Rosario ya se encuentra en la etapa de «distanciamiento social», pero la demanda alimentaria en los barrios sigue siendo alta, y todo indica que lo seguirá siendo por un largo tiempo. Es por eso que aún siguen apareciendo nuevos comedores en la ciudad, y ese es el caso de «El Árbol de la Familia».

Roxana es una mujer de zona oeste que, como tantos otros, se quedó sin trabajo durante la cuarentena. Sin embargo, en los tiempos más difíciles, ha tomado la notable decisión de ayudar al prójimo. Inspirada por su madre y empujada por su hija, Roxana puso en marcha «El Árbol de la Familia», un comedor con el que busca darle de comer a más de 150 chicos, pero para ello necesita de la ayuda de todos.

Roxana (izquierda) junto a sus dos hijas

CLG dialogó con esta solidaria mujer, quien contó cómo se formó la idea, algo que tuvo mucho que ver con otro miembro de la familia: «Esto comenzó gracias a mi hija Romina de 16 años. Me dijo que quería ayudar a la gente al igual que su abuela, porque mi mamá atendía un comedor en una Iglesia, donde daba la chocolatada y galletitas».

La influencia de la abuela fue tal que el comedor casi lleva su nombre: «Tuvimos la idea de ponerle el nombre de mi mamá a este comedor, pero después decidimos ponerle El Árbol de la Familia». La institución funcionará en la casa de Roxana, ubicada en Servando Bayo 2043, en el barrio Cinco Esquinas.

Las primeras donaciones: Roxana recibió una lata de pintura para poder pintar el frente del comedor

La pandemia de coronavirus ha provocado que muchos pierdan su trabajo, y Roxana fue una de las personas que lo sufrió: «Por la cuarentena me quedé sin trabajo. Yo era empleada doméstica en una casa de familia, pero me dijeron que no me podían seguir pagando«. Esa situación, en lugar de amedrentarla, hizo que busque ayudar a quienes más lo necesitan: «Son cosas que pasan».

«Queremos cocinar para 150 chicos. Viene gente de Villa Banana y de otros lugares que verdaderamente lo necesitan«, explicó Roxana sobre la iniciativa. Sin embargo, con sus ingresos mínimos ella no puede hacer las compras y necesita de una gran ayuda para poder empezar a cocinar: «Necesitamos un poco de todo. Nos falta una olla y un mechero».

Las primeras prendas para el roperito

Con respecto a los alimentos que se necesitan, señaló: «Buscamos leche, azúcar, chocolatada y arroz. También necesitamos harina y grasa para hacer tortas fritas. Nos gustaría que algún mayorista nos ayude con lácteos, ya sea leche o yogurt. Queremos que los chicos de acá puedan desayunar y merendar».

Sin embargo, la ayuda no termina en lo alimentario. El frío ya llegó y todavía falta todo el invierno, por lo que están buscando ropa para repartir: «Estamos armando un roperito para los chicos, por lo que se necesita ropa, abrigo y calzado».

Roxana (derecha) al recibir una de sus primeras donaciones

Para que «El Árbol de la Familia» pueda comenzar tiene que recibir donaciones, y si bien ya empezaron a llegar, nunca es suficiente. Por eso, quienes estén interesados en ayudar a Roxana y su comedor pueden comunicarse al 3415816387 o al 3415401758, o acercar las donaciones a Servando Bayo 2043.