"Es algo que de ninguna manera se puede lograr de un año para otro", advirtió el ministro de Economía de la Nación
El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó hoy que uno de sus objetivos es reducir paulatinamente la inflación hasta niveles de un dígito, transitando un sendero fiscal que converja a una situación de equilibrio.
«Vemos valor en la soberanía monetaria, y a través de este argumento macroeconómico trabajaremos para reducir la inflación hasta niveles de un dígito, algo que de ninguna manera se puede lograr de un año para otro», dijo Guzmán al participar en las Jornadas Monetarias del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El ministro marcó diferencias entre las acciones que llevan adelante las economías con monedas más robustas y aquellas más vulnerables, como el caso argentino.
«La liquidez en las economías más avanzadas pone presión sobre los precios de los activos financieros y de esta manera se beneficiarán quienes tengan esas riquezas. En cambio, esa expresión de liquidez en nuestra economía se canaliza hacia la moneda extranjera», explicó el ministro.
Al respecto añadió que esa expansión se traslada a los precios de «bienes y servicios, por lo tanto se tiene que hacer con un cuidado especial. El gran desafío de la política monetaria no es otro que restablecer todas sus funciones», sentenció.
El ministro planteó la necesidad de reducir las «necesidades de financiamiento por parte del Banco Central al Tesoro nacional, con un especial cuidado sobre esas demandas».
En cuanto a las acciones que impulsa el Gobierno nacional para recuperar la confianza de los actores centrales de la economía descartó la posibilidad de una eventual estabilización a través de un shock de confianza.
«No existe un shock de confianza para estabilizar en el corto plazo. Estabilizar requiere cambiar las conductas de los participantes de la economía y no se logra de un día para el otro», explicó, para luego recordar el magro resultado que se obtuvo tras el programa stand by acordado con el FMI durante la administración macrista.
«No hay una bala de plata para cambiar las expectativas de un momento a otro. Una de las premisas centrales de ese programa fue el crecimiento cero de la base monetaria y vimos cómo ese shock no generó un cambio de comportamiento, porque los participantes miran señales como precios y tarifas», puntualizó Guzmán.
Para el ministro, una estabilización de la economía «debe sembrar raíces para el futuro» y ese trabajo «lleva tiempo».
En cuanto al rol del Estado en la política de precios, destacó que «es central para resolver problemas inflacionarios».
Guzmán, además, reiteró su posición respecto a la necesidad de encontrar consensos que promuevan una mayor liquidez global a través de los derechos especiales de giro (DEG).
«Es el momento para una expansión coordinada. El tema de los derechos especiales lo hemos discutido este año en el G20 (Grupo de los 20) y no se logró un consenso aunque sigue en la agenda. Sería una medida efectiva si se hace en forma coordinada con una perspectiva global», indicó.
El ministro Guzmán abordó además el impacto de las deudas a nivel mundial, análisis que incluyó el escenario local.
«Los países que se endeudaron en moneda propia no enfrentan problemas, en cambio aquellos que lo hicieron en moneda extranjera son más vulnerables a la situación de crisis mundial», señaló.
Al respecto, agregó que «en la Argentina no fue un problema gracias a la reestructuración y seguramente habrá otros países que transitarán el mismo sendero. Hay una necesidad clara de mejorar los marcos internacionales para la resolución de las deudas soberanas».
En otro orden, el ministro admitió que es el momento de evitar caer «en los históricos cuellos de botella» que azotan a la economía argentina, y a modo de ejemplo propuso «reglas de juego claras para el desarrollo del sector energético».
La incidencia de la pandemia en el escenario económico global dejó una definición terminante por parte del jefe del Palacio de Hacienda.
«Es un shock tanto de oferta cómo de demanda que no tiene precedentes en el capitalismo moderno», concluyó Guzmán.