El cordobés Gustavo Fernández, que recuperó hoy formalmente el primer puesto del ránking mundial de tenis adaptado, confesó que se trata de un «hermoso desafío cumplido», luego de ser campeón en singles y dobles de Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada.
«Una felicidad enorme volver. Un hermoso desafío cumplido. A seguir desafiándose», escribió en su cuenta oficial de Twitter, con la imagen del ránking, donde se lo muestra en la cima con 4558 puntos.
Fernández superó al japonés Shingo Kunieda y el belga Joachim Gerard, quienes completan el podio en la actualización del ranking publicado este lunes.
El «Lobito», de 25 años, recuperó así el lugar más alto del ranking mundial luego de haberlo ocupado entre julio de 2017 y febrero de 2018.
«No tengo ni idea (de cómo se siente). Estoy procesando lo que pasó. Se me había negado bastante, fueron dos años seguidos (con derrotas en esas finales) jugando bien… entonces ahora es una emoción enorme», explicó Fernández, en declaraciones a ESPN luego de la consagración sobre el polvo de ladrillo de París.
Y agregó, sobre la final de singles: «El ´rastrojero´ (como se autodefinía), arrancó bien y no paró, ja. Es bueno eso. Jugué un partidazo. Él no venía bien, pero es un jugadorazo, muy peligroso, que sabe cómo jugar estos partidos. Había que estar muy enfocado y muy consiente en hacer mi juego y en lo que yo sabía que a él le hacía daño».
Fernández tiene cuatro títulos de Grand Slam en su haber, ya que se quedó dos veces con el Abierto de Australia y dos con Roland Garros.
En esta edición, el cordobés se impuso en la final individual al británico Gordon Reid por 6-1 y 6-3, y unas horas más tarde, haciendo pareja con el japonés Shingo Kunieda, ganó en la final de dobles a los locales Stephane Houdet y Nicolas Peifer por 2-6, 6-2 y 10-8.
«No tengo sponsors de indumentaria ni otros privados que me ayuden con plata. Sí tengo uno de silla de ruedas, Invacare, y otro de raquetas, Yonex, quienes aunque no tenemos un contrato firmado, siempre me han tratado muy bien. Pero conseguir sponsor privados en Argentina es muy difícil. Ojalá en un futuro la gente abra más la cabeza y se pueda cambiar esta realidad, pero hoy en general es muy difícil. Yo nunca tuve un sponsor de relevancia. Eso deja claro cómo va la cosa», afirmó en una entrevista concedida hace un tiempo.
Fernández sufrió un infarto medular al año y medio de vida, una extraña afección que padece una de cada 20 millones de personas en el mundo y que lo paralizó de la cintura para abajo.
Sin embargo, con el empuje de su familia -su padre es el «Lobito» Fernández, ex basquetbolista que participó en la Liga Nacional-, logró canalizar toda su fuerza en el deporte.