Cumple dos décadas trabajando en radio y televisión y luego de diez años vuelve a presentar El trabajo que me dio no trabajar en Paseo La Plaza
«El plan es que la gente venga y la pase bien», plantea Guillermo «El Pelado» López del otro lado del teléfono en una charla con Noticias Argentinas. La cita se da cada jueves en la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza, donde presenta El trabajo que me dio no trabajar, un unipersonal que presentó por primera vez en el mismo lugar una década atrás y con el que sigue robándole carcajadas a su público
«Al interactuar tanto con la gente, cada función es distinta y se genera una camaradería muy linda. La gente viene con ganas de pasarla bien y se presta a divertirse. Yo me río de mí, la gente se ríe de si mismo y eso me parece que está buenísimo«, señala y destaca que se formó un grupo de trabajo con amigos y familiares.
-¿Volviste con este espectáculo para celebrar los 10 años o fue una coincidencia?
– Me lo propuso uno de los productores del Paseo La Plaza y me pareció muy halagador que el complejo quisiera coproducir este espectáculo. Así que decidimos probar estas 8 funciones con el objetivo de hacer algo más grande el año que viene porque en enero me voy a hacer radio a Pinamos como hace 20 años y eso no es negociable.
-¿Cómo ves al público, en relación a la pandemia, desde el escenario?
-La gente toma todos los recaudos y arriesga un poquito para tener una vida casi normal porque no da más después de estar un año y medio graduados. Además, está comprobado que ni el teatro ni el cine son focos de contagios. Desde el escenario es medio raro porque no terminás de ver la cara de las personas, incluso a veces no reconocés a amigos entre las luces y el tapabocas, pero las risas se escuchan igual es importante.
-El espectáculo se llama El trabajo que me dio no trabajar, ¿creés en el dicho que sostiene que si encontrás lo que te gusta hacer, no tenés que trabajar ni un día de tu vida?
-La verdad que sí. Como tantos otros, he trabajado de otra cosa y la sensación de levantarte y tener que ir a trabajar no es la misma que siento cuando voy a la radio, a la tele o al teatro. Me siento muy afortunado. Y como le puse mucho esfuerzo, el título representa que la he remado mucho para llegar adonde estoy. Y también para reivindicar un poco a los que laburan de lo que pueden, que son la mayoría de las personas.
-¿Siempre quisiste trabajar en los medios?
-Empecé a estudiar teatro con Agustín Alezzo cuando tenía 19 años. Era bastante chico y me daba cuenta que me destacaba en el humor y él me apuntaba que mi fuerte estaba ahí. Desde el comienzo siempre apunté a hacer humor. Cuando hacía bolitos de tele no tenía la posibildiad de elegir, pero ya en CQC, en Zapping y en todos mis demás trabajos siempre busqué hacer reír.
-¿Pensabas en la conducción o fue algo que te sorprendió en el camino?
-Al primer año de mi debut en CQC me convocaron para hacer radio y después lo empecé en la tele. Si me preguntás hoy, me encanta más conducir que actuar y el unipersonal me encanta hacerlo porque es la combinación de las dos cosas. Me divierte mucho la interacción con la gente, me parece que es lindo darle un buen lugar al público porque en definitiva es el que genera que tengas trabajo.
-¿En algún momento te apabulló la fama?
-Creo que haber estado los diez años previos a CQC trabajando de todo lo que te puedas imaginar me fue transformando para que si algún día algo pasaba y me convertía en una persona pública, no me moviera mucho del lugar donde estaba porque sabía lo difícil que era tenerlo. Tuve muy buenos referentes con Mario Pergolini y Juan Alberto Badía, tenía bien claro que tenía que dedicarme a laburar y no desenfocarme. Por supuesto que mi vida cambió porque la gente me miraba, pero después pasó a ser parte de mí, lo tengo incorporado. Me pasó a los 33 años también y estaba más armado.
-¿Encontrás algo negativo en ser famoso?
-No, pero entiendo que hay que tomar ciertos recaudos. Entonces hay algunas cosas como la vida privada o te vas a sacar una muela y te sacan una foto… eso es raro, pero no diría que es negativo. Soy muy afortunado, recibo mucho amor de la gente en la calle.
-¿Cuál es tu idea del éxito hoy?
-Como primera medida, va más allá del trabajo: es tener salud y amor. Después es que hace veinte años no paro de trabajar porque le puso mucha garra a todo, pero para mí es un éxito mantenerse, poder hacer teatro, radio y tele. Yo antes aspiraba a vivir de la actuación, ese era mi deseo, pero todo superó mis expectativas.
-La televisión te catapultó a la fama, pero la radio es tu gran amor, ¿cómo vivís ese contraste?
-La tele tiene otra adrenalina, con el minuto a minuto, otra histeria en general, pero es muy linda porque llegás a un montón de lugares y la gente te conoce. Creo que en 20 años solo una temporada no hice tele y soy un afortunado. La radio es otra tranquilidad, menos adrenalina, más continuidad, porque el rating llega una vez por mes y marca otro ritmo.
-¿Cuando hacés tele estás muy pendiente del minuto a minuto o te podés desconectar?
-Estoy pendiente porque lamentablemente a veces podés tener un gran producto y si no mide lo que el canal necesita, dejás de estar y no te afecta solo a vos, sino al grupo de laburo. Entiendo que no hay que enloquecerse, pero estoy atento a dar lo mejor de mí para que el programa esté bueno, que es lo que más me importa. Después intento que los números acompañen.
-¿Cómo ves los cambios que se dieron en la pantalla chica en el último tiempo?
-Volvieron los programas de juegos que me parece que están buenos porque invitan a las familias a que jueguen desde sus casas. Me gusta la tele de entretenimiento, de humor. Me gusta más eso que programas en los que la gente se pelea o buscan mugre. La risa es muy valiosa, la gente tiene muchos problemas, y está bueno que pueden encontrar un espacio para pasar un buen rato.
-¿Qué opinás de los realities?
-Reconozco que están muy bien hechos pero no me engancho ni con los de cocina ni con los de talentos. En su momento me enganché con El Bar, he chusmeado Gran Hermano. Me divierte más ver las devoluciones humanos que las competencias uy escuchar las devoluciones del jurado, lo que no quiere decir que esté mal hecho.
-¿Qué va a pasar con Santo Sábado si te vas a Pinamar en verano?
– Todavía no sé. Entiendo que seguirá hasta diciembre, pero la tele es minuto a minuto y mes a mes. En principio entiendo que vamos a terminar la temporada, porque llevamos más de un año sin cortar, y me voy a enterar en breve cómo sigue la cosa.
-Cuando hablamos sobre el éxito, mencionaste la salud y el amor y, justamente, te casaste con Nella Ghorghor en marzo de 2020 y en mayo de este año te contagiaste Covid-19. ¿Estos hechos te llevaron a resignificarlo?
-Sí, porque es algo que ya venía pensando. Imaginate que cuando nos casamos empezó la pandemia, después el Covid-19 no me duró 10 días, sino 20, de los cuales pasé 5 internado por precaución… si ya pensaba que lo más importante era la salud y el amor, en el último tiempo el destino se encargó de reafirmarlo.
-Les quedó pendiente el casamiento por Iglesia y la fiesta…
-Por suerte hicimos un civil con fiestón, sin saber que no íbamos a poder hacer lo otro. Yo le planteaba a Nella que otra vez no planeaba casarme y que festejáramos las dos cosas. No nos quedó sensación de frustración, pero cuando deje de ser un riesgo haremos la otra fiesta. Pro ahora, esperamos.
-¿Tienen ganas de agrandar la familia?
-Es nuestro plan pero no nos desespera en este momento. Sí es un objetivo: nosotros ya somos una familia pero la podemos agrandar.