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Un ataque con armas blancas contra una comisaría en el oeste de Indonesia terminó hoy con los cuatro agresores y un policía muertos, y otras tres personas resultaron heridas, lo que elevó a 31 las víctimas en el país en los últimos cuatro días en los que se sucedieron atentados yihadistas con explosivos.  

Los asaltantes estrellaron un automóvil contra la barrera del recinto policial en la ciudad de Pekanbaru, en la isla de Sumatra, matando a un agente, dijo el portavoz de la Policía Nacional, Setyo Wasisto, en rueda de prensa retransmitida por televisión. 

«Cuatro personas se bajaron del vehículo sin identificar, entonces atacaron a los miembros de la policía con espadas de samurái y otras armas blancas, e hirieron a dos agentes», explicó Setyo. 

El portavoz policial indicó que los agresores, que llevaban pasamontañas, fueron abatidos y que el conductor se dio a la fuga pero fue arrestado más tarde. 

La otra persona herida es un periodista que se encontraba cubriendo una rueda de prensa sobre otro tema en el momento del atentado, que coincide con el inicio esta noche del Ramadán en Indonesia, el país con más musulmanes del mundo, reseñó la agencia de noticias EFE. 

El ataque se produce después de que 26 personas murieron en la ciudad de Surabaya, en la isla de Java, en atentados y explosiones provocadas en los últimos cuatro días por familias yihadistas, incluidos niños, acciones reivindicadas por el grupo Estado Islámico (EI). 

El primer atentado fue perpetrado el domingo, cuando una familia de seis miembros, incluidas dos niñas de 9 y 12 años, se suicidaron en varios ataques con bomba contra tres iglesias cristianas en los que murieron 18 personas en la misa de la mañana. 

El mismo día por la noche, otras cuatro personas murieron y otras dos resultaron heridas, todas de la misma familia, cuando detonaron una bomba por error en la vivienda que moraban también en Surabaya. 

Al día siguiente, otra familia de cinco integrantes, entre los que había una niña de 8 años que fue la única superviviente del grupo, hizo explotar una bomba en una comisaría, causando 11 heridos. 

Según la Policía, los padres de las familias yihadistas de Surabaya, en la provincia de Java Oriental, pertenecían a una célula de Jamaah Ansharut Daulah (JAD), grupo radical afín al EI. 

Se trata de la primera vez que familias atentan junto con sus hijos en el archipiélago, en un acto calificado de «inhumano» y «cobarde» por el presidente de Indonesia, Joko Widodo. 

Las autoridades indonesias reforzaron la seguridad en comisarías, aeropuertos y centros religiosos desde el domingo. Además de arrestar a más de una decena de personas, mataron a dos sospechosos en operaciones antiterroristas en Java Oriental. 

El JAD surgió en 2015 de la asociación de varios grupos radicales bajo la tutela ideológica de Oman Rochman, conocido como Aman Abdurrahman, y en enero de 2017 el Departamento de Estado de Estados Unidos lo clasificó como «una organización terrorista global». 

Indonesia, donde el 88 por ciento de sus 260 millones de habitantes practica el islam, sufrió varios atentados yihadistas en las dos últimas décadas, entre ellos el perpetrado en la isla de Bali en 2002, que causó 202 muertos.