Por Mario Luzuriaga
La espera terminó y mucho se habló de esta película tan criticada y amada. Este jueves llegó a las salas de la ciudad «Guasón», dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquín Phoenix. Obviamente, basada en el archienemigo de uno de los superhéroes más queridos de todos los tiempos: Batman.
Se dijo que la película incita a la violencia, que es despectiva, que no es el «Guasón que todos conocemos» y se comparó con Jack Nicholson y hasta con Heath Ledger.
En esta historia aparece como único protagonista Arthur Fleck (Joaquín Phoenix), un hombre con un problema mental (bajo tratamiento), que tiene como misión en la vida brindar alegría y risas a la gente. Pero claro está que es una utopía, ya que Arthur vive en un lugar tan oscuro y tenebroso como lo es Ciudad Gótica. Eso hace que este hombre desencadene su verdadera personalidad y se convierta en este ser que todos conocemos.
Hay que tener claro que esto es, por sobre todas las cosas, una película, una ficción. No hace una apología a la locura o barbaridades que se escuchan o se leen en diversos medios.
Lo segundo es que no se debe ni siquiera subestimar. «Es otra de superhéroes», podría decir la gente. Falso. Estamos frente a una película que va más allá de un calificativo peyorativo. Estamos ante la historia de una persona con un trastorno, como lo tuvo Travis Bickle en «Taxi Driver» o John Rambo: dos tipos con estrés post traumático luego de volver de la guerra en Vietnam. Pero Arthur supera lo pasado por Bickle o Rambo, porque «Guasón» se puede emparentar con «Taxi Driver», ya que hay muchos guiños y también está presente Robert De Niro.
La película también deja en claro que el villano real es la misma ciudad, la lucha de clases. La famosa «grieta» se da aquí, y la manera de cómo los medios la reflejan es peligroso. Para no salir de la ficción, se destaca la dirección de Todd Phillips («¿Qué pasó ayer» y «Amigos de armas»), en cómo manejar el clima, la historia y obviamente a su estrella.
Párrafo aparte para la actuación de Joaquín Phoenix, ya que lo que hace en escena es algo magistral. Su actuación es digna de estudio. No hay que dejar de lado los clásicos actores o directores, pero también mirar la actualidad. Una actuación magnífica. Esa risa, que en realidad es un llanto y pedido de ayuda, que emite Arthur es sinceramente angustiante, y mucho más la historia que hay detrás de eso.
¿Hay guiños a los cómics? Si, algunos más finos y otros que se pueden detectar sin ser un lector frecuente.
Sin dudas, se ha convertido un nuevo clásico y eso es gracias a una buena adaptación, una buena dirección y una espectacular actuación que deja entrever que las historietas no son cosa de chicos, sino que son un espacio para explorar y ver las grandes historias ocultas que hay de esos personajes.
Calificación: Excelente.