Un conjunto de corredores se junta alrededor de la ayuda y la integración bajo el nombre de "Los Cuchulinos". Cerca de 40 maratonistas forman partes de este, como ellos lo definen, "grupo de amigos"
Por Gonzalo Santamaría
Este domingo llega el segundo maratón del Sindicato de Luz y Fuerza. Desde las 9.30, partiendo desde el Estadio Municipal (27 de Febrero y Ovidio Lagos), las dos vueltas de seis kilómetros serán el total de 12 que tienen como premisa la solidaridad: el gremio invita a los participantes a que acerquen un alimento no perecedero para luego ser donado en su conjunto a diferentes instituciones de Rosario. Entre los 500 participantes del evento hay un equipo comandado por Gustavo Orlando Ramos que dejará su huella en la carrera: “Los Cuchulinos”.
Se trata de un grupo de running dispuesto a integrar. Su entrenador deportivo conduce al conjunto que formó en 2002, cuando empezó entrenando a “algunos amigos” en la Plaza López. Ahora, con 51 años, está a cargo de este equipo que tiene entre sus filas a casi diez corredores no videntes.
Los Cuchulinos entrenan tres veces por semana. Los lunes llegan al Parque España, más precisamente a las escalinatas que se encuentran allí, para su entrenamiento “de piernas”. Los martes y jueves se encuentran en la esquina de Montevideo y Chacabuco, en el Parque Urquiza, para hacer la parte aeróbica.
El grupo está conformado por 40 personas, entre videntes y no videntes, de distintas edades. Con la “premisa de ayudar”, Gustavo se incentiva para organizar las clases: “Tratamos de cumplir en lo posible y acompañarlos”, expresó a CLG el entrenador.
“La idea es que todos pueda ayudar”, reveló. Los atletas no videntes son acompañados a la par por sus guías que le marcan el camino. El instructor es claro en cuanto al funcionamiento del conjunto: “Hay gente a la que le gusta (ser guía) y lo hace, y otra a la que le gusta entrenar, pero algunos días también se suman para ayudar”. Y sin dudarlo, agregó: “La idea es la misma, la integración”.
Gustavo Ramos comenzó este proyecto, que ya lleva más de 17 años, con el propósito de ayudar a “la gente que no tiene posibilidad de tener un guía”. Él mismo admite que la gente “lo conoce más por alentar que por correr”, y que cuando recibió la invitación por parte del Sindicato de Luz y Fuerza, no lo dudó.
En el final de la charla reconoció: “Esto no es un equipo de running, es algo que nos hace bien. La educación física nos une siempre haciendo lo que fuera para ayudarnos”.
Además de Gustavo, CLG dialogó con Efraín David Simari Andrada y Jorge Quiroga, ambos corredores. En un pasado, el segundo fue guía del primero.
“Me superó”, fueron las primeras palabras de Quiroga con un tinte de gracia, y añadió: “Le tenía que ir contando chistes para que pare porque me llevaba volando”. Y se sinceró: “Para mí es una alegría, como guía puedo decir que ha progresado”.
Simari Andrada, de 22 años, estudiante de periodismo en el ISET 18, rápidamente se metió en la carrera y dijo: “Venimos de una prueba exigente pero ya estamos recuperados”, y con una palabra definió cómo se siente para el maratón: “Perfecto”.
Las expectativas “siempre son las mejores” para Efraín, que busca bajar los 50 minutos que tiene como récord y “llegar de la mejor manera a la meta”. De fondo, sus compañeros entran en calor para comenzar el entrenamiento.
Jorge Quiroga, con cinco años dentro de los Cuchulinos, se animó a definir al grupo: “Más allá de compartir el deporte hacemos un circulo de amistad. Somos un grupo de amigos”, y no dejó de lado la competencia: “Hacemos lo mejor, tenemos gente que hace podios, como cualquier otro grupo”.
Al ser corredor y guía, Jorge y Efraín han compartido decenas de carreras de la mano. Ambos, y al unísono, afirmaron su máxima sensación al correr: “Libertad”. Simari Andrade consolidó la respuesta y sostuvo: “Es una sensación de avanzar por esfuerzo propio, te pueden alentar pero la voluntad es de uno”.
Gustavo Orlando Ramos creo “Cuchulinos” al comienzo del milenio con un único motivo: ayudar. Hoy tiene en su plantel a corredores no videntes que en cada paso marcan la integración que impone este proyecto desde el día uno.