En pleno auge de llegadas de migrantes a sus costas, el gobierno de Grecia anunció la sustitución paulatina de los actuales campos de refugiados, desde hace tiempo en condiciones de hacinamiento y saturación extremas, por centros de internamiento que serán construidos en los próximos seis meses y servirán para encerrar a todos los migrantes indocumentados, incluso niños.
Desde hace más de tres años, cuando la Unión Europea (UE) y Turquía resolvieron bloquear la salida de las islas del mar Egeo a los solicitantes de asilo y a los migrantes, los campos griegos de refugiados lucieron sobrepasados.
El caso paradigmático es el campo Moria, en Lesbos. Es el centro de mayor acogida dentro de la UE y es célebre por sus condiciones de hacinamiento e insalubridad, pues hoy hospeda a 15.000 personas pese a haber sido diseñado para 3.000, según la agencia de noticias EFE.
Desde hace años, ONGs, políticos y vecinos pedían el cierre de ese centro, que se convirtió en el símbolo de la mala gestión de la crisis migratoria por parte de la UE.
El gobierno del partido conservador Nueva Democracia informó que los nuevos centros de internamiento de extranjeros (CIE) se levantarán en Lesbos, Quíos, Samos, Leros y Kos, que son las principales vías de entrada desde Turquía a la UE. En los CIE no se permitirá la libre entrada y salida de solicitantes de asilo, como hasta ahora, sino que se los encerrará hasta que se les otorgue el estatus de refugiados o sean deportados.
Además, se limitará más la presencia de ONGs y voluntarios. «Solo aquellas ONG que cumplan los requisitos podrán quedarse y continuar operando en el país», afirmó el viceministro de Defensa, Alcibíades Stefanis, a cargo de la coordinación de la gestión de la crisis migratoria.
Por otra parte, el gobierno anunció que hasta comienzos del año próximo, 20.000 migrantes serán trasladados de las islas del Egeo a sus países de origen en el continente, con el propósito de descongestionar las islas y el sistema de asilo.
El partido izquierdista Syriza, que gobernó hasta julio pasado y abrió los cuestionados campos actuales, opinó que con el anuncio del gobierno «se convierten las islas en cárceles para todos los solicitantes de asilo, familias y menores», y «la detención pasa así de ser el último recurso a la regla general».
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, se quejó esta semana ante el diario alemán Handelsblatt de que «Europa trata a los países de entrada, como Grecia, como un práctico estacionamiento para dejar a los refugiados y migrantes», y remarcó: «¿Es eso solidaridad europea? No. Ya no lo aceptaré.»
Según datos oficiales, Grecia tiene actualmente 67.000 demandas de asilo pendientes de resolución.