Desde hace meses, las dos partes se han reunido en varias ocasiones en Doha, pero las conversaciones perdieron fuerza
Representantes del gobierno afgano y los talibanes se reunieron este sábado para dialogar en Qatar, en medio de una renovada ola de violencia en Afganistán, que coincide con la inminente retirada de la totalidad de las tropas extranjeras tras 20 años de guerra.
Desde hace meses, las dos partes se han reunido en varias ocasiones en Doha, pero las conversaciones perdieron fuerza conforme los insurgentes avanzan en el campo de batalla, según fuentes cercanas a las negociaciones.
Varios responsables, entre ellos Abdullah Abdullah, líder de consejo gubernamental que supervisa el proceso de paz y exjefe de Gobierno, participan en estas negociaciones en Qatar. El emisario de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Jalilzad, estuvo presente al inicio del encuentro entre las dos partes, informó la agencia de noticias AFP y precisó que tras una breve aparición ante los medios, las discusiones comenzaron a puerta cerrada.
«Esperamos que (…) en poco tiempo, las dos partes alcancen un acuerdo y presenciemos una paz duradera y digna en Afganistán», agregó la vocera de la delegación oficial, Najia Anwari.
Por su parte, los talibanes pidieron al Gobierno afgano que muestre una «voluntad real y sincera» para poner fin a la crisis. «Estamos dispuestos al diálogo y a las negociaciones. Nuestra prioridad es resolver los problemas por el diálogo», aseguró el portavoz de los insurgentes, Mohammed Naim, a la cadena de televisión Al Jazeera.
«Seguimos buscando nuestros grandes objetivos. No debemos detenernos en los detalles», declaró por su parte el jefe adjunto para los asuntos políticos de los talibanes, el mullah Abdul Ghani Baradar durante su discurso de apertura.
Entretanto, miles de afganos que intentaban cruzar a Pakistán quedaron bloqueados en el puesto fronterizo de Chaman, donde sigue alzada la bandera blanca que izaron el miércoles los talibanes tras conquistar ese territorio en el lado afgano del puesto.
Pakistán reabrió hoy parcialmente su frontera con el sur de Afganistán, cerrada desde hace una semana, después de que los talibanes tomaran el control el miércoles de la ciudad afgana de Spin Boldak, al otro lado del límite entre ambos países, tras feroces combates con las fuerzas gubernamentales.
Mohammed Tayab, un responsable paramilitar paquistaní, declaró que la decisión se había tomado por «razones humanitarias» y debido a la «relativa calma al otro lado». En total, unos 4.000 afganos cruzaron al lado paquistaní para celebrar la fiesta musulmana del sacrificio, Eid el Adha, con sus familias. La frontera volverá a cerrarse esta noche.
Noor Ali, que estuvo de visita en Kabul, intentó cruzar dos veces la frontera estos últimos días. «Tuve miedo, pero los talibanes no me causaron problemas. Comprobaron mis papeles y me dejaron continuar», explicó el ciudadano paquistaní.
Los talibanes también reforzaron su presencia en el norte del país, donde los enfrentamientos en la frontera con Turkmenistán seguían hoy por la mañana. A principios de mayo, los talibanes lanzaron una importante ofensiva contra las fuerzas afganas, aprovechando el inicio de la retirada de las tropas extranjeras, que concluirá en las próximas semanas.
Así, conquistaron importantes territorios rurales, sobre todo en el norte y oeste de Afganistán, lejos de sus tradicionales bastiones del sur. Las tropas extranjeras han estado en Afganistán durante casi dos décadas, tras la invasión encabezada por Estados Unidos luego de los ataques del 11 de septiembre de 2011.