La Fundación “Tercer Tiempo Rugby para la Reinserción” trabaja en las cárceles con la ovalada como eje de ayuda. Conocé más de este proyecto
Por Diego Carballido
“El nombre Gladiadores los eligieron ellos, al igual que los colores, el logo y el diseño de la camiseta. Todo es parte de un trabajo que llevamos adelante hace tiempo junto con trabajadores sociales y psicólogos buscando la construcción de una identidad de equipo», relató Fernando Benítez, presidente de la Fundación “Tercer Tiempo Rugby para la Reinserción”, en diálogo con CLG.
La iniciativa de comenzar a practicar rugby con internos de diferentes unidades penitenciarias de la zona en un primer momento generó cierto asombro y extrañeza entre las autoridades carcelarias, pero los resultados obtenidos rápidamente hicieron cambiar de opinión a todos.
«La primera vez que presentamos el proyecto teníamos muchas dudas. Se trataba de un deporte brusco en una población, como la carcelaria, donde la resolución de conflicto es a las piñas. La otra duda era que se trataba de personas que nunca habían tocado una pelota de rugby», detalló Benítez.
La Fundación “Tercer Tiempo Rugby para la Reinserción” es una organización que hoy aglutina a casi 40 profesionales que realizan un trabajo con internos de las unidades penitenciarias y está realizando las primeras experiencias extra muros con internos que ya han recuperado su libertad.
La primera experiencia fue hace tres años en la Unidad Nº VI de avenida Francia 4800. «En ese primer momento se realizó una ronda de consulta para saber a quién le interesaba jugar al rugby y de los 500 internos se anotaron casi 80. Fue una sorpresa para nosotros y eso elevó nuestras expectativas», recordó Benítez, y continuó: «Ese primer contacto fue medio raro. Sobre todo con el servicio penitenciario que nos veía llegar con una pelota de rugby y se preguntaba: ¿De dónde vienen estos marcianos?«.
Al ver que luego de las prácticas de rugby dentro de la cárcel los internos bajaban considerablemente su grado de conflictividad entre ellos, los integrantes de esta Fundación comenzaron a ser mejor recibidos dentro de las unidades y hasta les pedían que vuelvan más seguido. «Era un agotamiento físico muy grande y las energías las canalizaban en esas dos horas de práctica. Debido a esto, pudimos agregar más días de prácticas», contó Benítez. Actualmente, profesionales de Tercer Tiempo van todos los días a la Unidad VI para desarrollar entrenamiento tanto físico como psicológico y también se realizan prácticas en la Unidad de Pérez, la de Piñero y en el IRAR donde trabajan con los menores de edad detenidos allí.
«Hace menos de un año tenemos un grupo de chicos que han pasado por el programa y, al salir en libertad, continúan participando», dijo Benítez, y agregó: «Afuera tenemos dos días de práctica en el barrio 7 de septiembre. Los martes y viernes entrenamos toda la tarde» y de la misma manera que lo hacen dentro de los penales «los chicos están acompañados por un equipo interdisciplinario que, además de los profesores de rugby, cuenta con psicólogos y trabajadores sociales que abordan las diferentes problemáticas que se presentan».
«El rugby es un deporte brusco y de mucho contacto para quienes no lo conocen. Hasta parece hasta un poco bruto, sin embargo tiene más de 600 reglas de acuerdo al reglamento de la Unión Argentina de Rugby», aclaró Benítez, y amplió: «Sobre todo es un deporte que tiene una regla fundamental: respetar al árbitro. Porque es la autoridad dentro de la cancha y si no es respetada se hace difícil poder jugar. Una cuestión que a nosotros nos sirve porque trabajamos con una población que no cumple con las reglas que, en teoría, respetamos todos para vivir en sociedad».
El aspecto colectivo del rugby sirve en el trabajo con los internos, por tratarse de una población que suele tener problemas con su autoestima. «El rugby no tiene un Messi porque es un deporte de equipo. Juegan todos sin importar la condición física y cada uno tiene su rol, algo que nos permite hacer un primer abordaje para que recuperen la autoestima», continuó Benítez. Y saben que sus jugadores en las unidades penitenciarias «cometieron un delito y la sociedad los castiga por ello, pero una de las consecuencias del encierro es la baja en la autoestima. En muchos casos, hasta dejan de ser visitados por sus propias familias», y en esos casos «el rugby tiene algo contradictorio donde tenés que dar los pases para atrás y avanzar al mismo tiempo. Es una cuestión que obliga a que el avance sea en equipo y no de forma individual».
El próximo 17 de mayo se disputará en la cancha del Hipódromo del Parque de la Independencia un partido entre “Los Gladiadores” y un combinado “Classic 15” de jugadores veteranos de diferentes clubes de la ciudad. Además de ser una jornada deportiva, también será solidaria ya que lo recaudado será destinado a un comedor comunitario. «Es el segundo partido de este tipo, el primero lo hicimos en diciembre pasado, y se disputará entre los chicos que están en libertad, que han pasado por el programa de rugby en las cárceles, y estamos esperando la autorización del Servicio Penitenciario y de la justicia de algunos de los internos detenidos».
Se trata de encuentros muy integradores donde jugadores de realidades muy distintas se unifican dentro de un campo de juego. Para Benítez, «una cosa es opinar sobre la cárcel y otra muy distinta es encontrarte con una persona privada de su libertad, con sus errores y aciertos, pero que se trata de una persona, con todo lo que eso significa», y agregó: «Intentamos romper ese círculo vicioso que surge de las poblaciones carcelarias. En Santa Fe, actualmente hay unos siete mil presos, de los cuales casi un 70% obtiene su libertad y vuelve a estar vinculado con situaciones de conflictividad con la ley penal».