Política y Economía

Giuliano: «El libre mercado es un modelo teórico que no se aplicó en ningún lugar del planeta y sólo está en museos»


El diputado nacional rosarino de Unión por la Patria y ex ministro de Transporte se refirió a la actual política que lleva adelante Javier Milei

El ex ministro de Transporte y actual diputado nacional de Unión por la Patria Diego Giuliano cuestionó la política de desregulación de precios del presidente Javier Milei, en particular del combustible, y al respecto dijo que la libertad absoluta de mercado que esgrime el Gobierno es «un marco teórico que no se aplicó en ningún lugar del planeta, y que sólo está en algunos museos de la economía».

En una entrevista con Noticias Argentinas, el legislador massista advirtió que pretender aplicar «de forma despiadada» ese marco teórico sobre la sociedad genera efectos muy peligrosos.

En este sentido, Giuliano reafirmó que la campaña que el ex candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa había realizado no era «campaña del miedo», como se quiso instalar, sino información sobre lo que podía acontecer en el país si se ejecutaban esas políticas de «liberalidad».

—¿Qué opina de estos aumentos en las tarifas de transporte, que son importantes pero por debajo de la inflación acumulada? 

—Nosotros en la campaña con Massa dejamos claro lo que algunos titularon «la campaña del miedo». No era miedo sino información que debíamos darle a la sociedad a la hora de conocer el impacto de cada decisión que se toma.
Eliminar los subsidios al transporte como lo planteó el actual presidente significaba un aumento desproporcionado de la tarifa. No sé si los hemos convencido o si han reconsiderado el planteo del presidente porque hoy en día están planteando algo que es distinto. El subsidio al transporte tiene un sentido social fuerte y no puede ser eliminado por completo como ellos habían planteado en campaña. La verdad es que no hay demasiados secretos: o aumentás tarifas o sostenés los subsidios. Para mí, eliminar los subsidios sería un grave error.

—¿El esquema de aumentos escalonados pero manteniendo la base de subsidios es similar a lo que ustedes habían planteado junto a Massa en la campaña?

—Con Massa planteábamos un Acuerdo Federal del Transporte que tenia que ir ensamblando el transporte del Interior con el del AMBA. La idea era hacer compensaciones diferenciadas, ya que el transporte no es igual en cada región. Cada uno tiene su propia ecuación económica y financiera. Por otra parte, desde hace dos años nosotros veníamos planteando la necesidad de subsidiar la demanda y no la oferta, y pasar a subsidiar al pasajero en lugar de la empresa. Nosotros generamos las condiciones para pasar a ese nuevo paradigma porque logramos extender la cobertura de la SUBE a todo el país. Cuando estaba Mauricio Macri, la SUBE estaba encapsulada en Buenos Aires. Con la incorporación de Córdoba y Tucumán, la SUBE cubre al 85% de la población. Eso permite extender el subsidio al pasajero.

—¿Por qué hay tanta estigmatización del subsidio?

—El subsidio es casi una coincidencia en el mundo. Permite dinamizar la economía, generando un ingreso indirecto al que necesita el subsidio. Más allá de todo lo que se dijo, por lo pronto no han hecho lo que han dicho en campaña. Habían dicho que la masa de subsidios se iba a reducir en términos reales en un 35% pero ese proceso lo veremos más adelante. Un tema importante es qué sucederá con los beneficios sociales, ya que entre los requisitos para acceder a la tarifa social se encuentra ser beneficiario de algún programa social.

—El aumento del precio de los combustibles, con la nafta rozando los mil pesos el litro genera una presión sobre las tarifas de todos los medios de transporte…

—Es un efecto que se discutió en la campaña de Massa. Si no hay una diferenciación entre el barril criollo y el de exportación terminábamos con una nafta a mil pesos. Nos quedamos cortos con ese análisis porque la aplicación de esta liberalidad de precios, que no van a distinguir los componentes de producción nacional, da como resultado lo que estamos viendo. El combustible no es el combustible de un vehículo solamente sino que es el combustible de toda la economía. El impacto de la suba de precios va a ser directo.

—¿Cree que el Gobierno es demasiado dogmático al llevar al extremo su idea de la liberación del mercado?

—Aplicar de forma despiadada sobre la sociedad este marco teórico que tiene el gobierno de libertad de mercado absoluta – como si el mercado fuera perfecto- genera un impacto muy negativo, con recesión y pobreza. Están bajando un modelo teórico que no se aplicó en ningún lugar del planeta, y que solo está en algunos museos de economía. Si lo aplican se va a generar un efecto dominó sobre la economía. Cuando se liberan las importaciones, se resienten las pymes, los puestos de trabajo. Cuando sube el valor del transporte baja el poder adquisitivo del trabajo, y así sucesivamente. Si no se entiende que la igualdad real no existe y que cuando un inquilino se sienta con un propietario y no hay regulación, el inquilino debe someterse a condiciones abusivos, el efecto es grave.

—¿Qué cree que puede pasar con el mega DNU que deberá tratar la comisión bicameral de Trámite Parlamentario del Congreso y luego el pleno de ambas cámaras?

—Estamos preocupados por la no remisión del DNU al Congreso. Llama mucho la atención que Jefatura de Gabinete no lo mande cuando supuestamente es un asunto de necesidad y urgencia. Están utilizando los plazos a tope, porque están interesados en que el DNU rija. No lo envían para que el Congreso no se pueda abocar. Pero los 10 días van a transcurrir, y la vocación del Congreso tiene que ser inmediata.

—¿Por qué el apremio?

—Porque lamentablemente el DNU ya tiene efectos y provoca impactos jurídicos, que para nosotros son lesiones, por ejemplo en los contratos de trabajo, el combustible, la prepaga, la inflación. Al desbaratarse todo el sistema de defensa al consumidor como las leyes de Abastecimiento y Góndolas, el DNU está provocando impacto hoy. Es un DNU que todavía no se aprobó ni se rechazó en el Congreso ya está puesto en discusión por el Poder Judicial como vimos con el fallo de la Cámara laboral. Eso hace insostenible la aprobación del DNU como lo pretende el Poder Ejecutivo. Y el problema que tienen es que se aprueba todo el paquete o se rechaza totalmente.

—¿Cree que al Gobierno le falta estrategia política y vocación para negociar con la oposición?

—Yo creo que no han medido el impacto de lo realizado, del riesgo de que el DNU sea rechazado. Si el DNU es rechazado por una de las cámaras es muy probable que esos temas no puedan ser tratados durante este año porque eso dice la Constitución, si bien no es un proyecto de ley.

Sí es un proyecto de ley la iniciativa ómnibus del Gobierno. ¿Qué puede suceder?

—La ley ómnibus tiene otro trayecto. Entra en extraordinarias, y se puede discutir o modificar. Nosotros la vemos con alto impacto sobre los derechos sociales y laborales. Lesiona fuertemente al ciudadano, pero tiene el trayecto de una ley.

—¿La resistencia a estas reformas por parte de la oposición tiene que ser en la calle o a través del debate en las institucionales?

—Hay que dejar funcionar a las instituciones, que no es solamente el Congreso sino los gremios, las asociaciones de consumidores, etcétera. Hay que preservar el libre juego de todos los afectados e interesados en los temas. La democracia tiene que ver con las instituciones en general, las formales y las informales. Hay un movimiento democrático muy fuerte.