La Cámara de Apelaciones en lo Penal dio este fallo en segunda instancia. El asesinato del entrenador personal ocurrió el 23 de julio de 2019 en Mendoza y Sucre
La Cámara de Apelaciones en lo Penal anunció hoy una decisión contundente en el caso del asesinato del entrenador personal Marcos Guenchul, ocurrido el 23 de julio de 2019. Santiago Caio Soso y Maximiliano Rodrigo Panero, anteriormente condenados a 20 años de prisión, ahora han sido sentenciados a cadena perpetua. Además, Priscila Vanesa Denoya, la ex pareja de la víctima, inicialmente absuelta, también ha sido condenada a prisión perpetua.
El fallo de la segunda instancia fue anunciado por los jueces Georgina Depetris, Alfredi Ivaldi Artacho y Javier Beltramone en el edificio de Montevideo y Balcarce. La decisión no fue unánime; Beltramone e Ivaldi Artacho votaron a favor de condenar a los tres acusados a prisión perpetua, mientras que Depetris opinó que Panero y Soso deberían recibir una pena por homicidio simple, y Denoya por amenazas coactivas.
Según el fiscal Adrián Spelta, la cámara dictaminó estas condenas porque se demostró que se trató de un «homicidio calificado por concurso premeditado». Spelta destacó que Denoya tuvo una «coautoría funcional» en el hecho, ya que hizo «aportes, aunque no estuvo presente en el momento del disparo». Además, afirmó que Denoya ideó el plan y luego colaboró en su ejecución.
Por su parte, la fiscal Gisela Paolicelli señaló que, dado que Denoya tiene menores de edad a su cargo y la condena aún no es definitiva, se deberá revisar bajo qué modalidad transitará el proceso judicial.
Guenchul fue asesinado el 23 de julio de 2019 a la salida del gimnasio Progress Fitness de Mendoza y Sucre, donde trabajaba. Fue abordado por Panero, quien le robó la mochila y le disparó dos veces, resultando muerte en el momento. Soso, entonces novio de la ex pareja de Guenchul, fue el conductor del vehículo que llevó a Panero para cometer el homicidio, inicialmente encubierto como un robo. Los vehículos de Soso y Panero quedaron registrados en cámaras de videovigilancia cerca del lugar del ataque.
Denoya, la ex pareja de Guenchul, tuvo conflictos con él por las visitas de la hija que ambos tenían en común. A pesar de que en el primer juicio se demostró que no había pruebas suficientes para implicarla como instigadora, la Cámara interpretó que las pruebas recolectadas eran concluyentes en su participación en la planificación del ataque.