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Gestionar las emociones en época de Fiestas: estrés, ansiedad y sensaciones encontradas


CLG dialogó con el psicólogo rosarino Alejandro De Giovanni, quien realizó un análisis al respecto y brindó herramientas para abordar este tipo de situaciones en la vida cotidiana

Por Sofía Dalonse – CLG

Llegan las Fiestas y aparecen diversas situaciones que descolocan o modifican la cotidianeidad que se empiezan a percibir semanas previas a la celebración de Navidad y Fin de año. En diálogo con CLG, el psicólogo Alejandro De Giovanni profundizó sobre esta cuestión y destacó que Rosario es una de las ciudades del mundo con mayor densidad de psicólogos por habitantes: «Los rosarinos somos muy consultantes», expresó.

El especialista explicó que es un momento «donde el cuerpo viene acumulando cansancio que no ha podido recuperar por todo el trajinar del año». Según comentó, hay un incremento de personas que se acercan al consultorio por esta cuestión: «Comentan que están durmiendo menos y se encuentran agobiados por el final de las tareas».

Asimismo, aseguró que las exigencias sociales de las despedidas y las fiestas, en particular, exigen algo más: «Una exigencia afectiva que no tenemos en la vida cotidiana porque es un momento de juntarse, estar con personas que quizás no estamos acostumbrados a estar y todo eso hace un cúmulo de demandas que, frente a nuestros pequeños recursos para afrontarlas, nos pone en situaciones de estrés».

Y continuó: «En la vida cotidiana, apenas nos despertamos, ya comienza un gran desafío… tenemos que alimentar el cuerpo, ir a trabajar, sortear los obstáculos en una ciudad donde a veces no es fácil llegar a donde queremos y la tarea en sí de nuestro trabajo; sin sumar toda la parte afectiva de nuestros vínculos familiares y de convivencia. Hay muchas áreas y todas demandan una cantidad de energía que no siempre disponemos».

En este sentido, señaló que en esta época es normal que las personas estén condicionadas por la auto presión y la presión social. Y ejemplificó: «El hecho de ir a comprar regalos, que generalmente se hace durante las últimas semanas, con todo lo que eso significa… el centro, los precios, la cantidad de gente, el calor y la obligación de regalar generan este tipo de presiones; cuando en realidad, el regalo tiene que ser un intercambio afectivo espontáneo de puro afecto a quien yo quiero, no a quien yo debo».

De Giovanni explicó que al final de la noche cuando en este contexto la persona apoya la cabeza en la almohada tiene muchas cosas no resueltas: «No descanso como debo y empiezo con un déficit de energía que se va acumulando y eso hace que las personas se sientan mal y se acerquen a realizar las consultas pertinentes».

Por otro lado, aseguró que hay un incremento de consultas en esta etapa, pero además, estos últimos años hay un cambio de paradigma y la gente no va solamente al psicólogo cuando tiene un problema: «Hay una palabra que esta de moda que es la deconstrucción, se deconstruyó un poco lo que es la patología, no es que ha desaparecido la problemática pero a veces la persona necesita hacer un cambio de habito, mejorar la calidad de vida, mejorar una relación interpersonal o preguntarse sobre horizontes que la vida le va generando como entusiasmo. Y eso hace que el ámbito de la psicología sea un buen lugar para pensarlo, porque hay un otro que lo escucha desde un lugar distinto, fuera de su entorno y aparecen nuevos interrogantes».

Finalmente, se refirió a «Fluir hacia el eje», su primer libro: «Me pareció un momento de hacer una síntesis de mi carrera, con tantos años de docencia y clínica. El propósito es entregar una caja de herramientas a las personas, preparar el territorio para hacer una consulta psicológica o directamente para que la persona empiece a trabajar sobre sí misma».

Y concluyó: «Me esforcé en buscar cosas muy concretas, fáciles de entender y armar un mapa que lo conduce a transformar aspectos de la vida a quien tenga ganas y voluntad de hacerlo».