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Genodermatosis, una enfermedad rara que afecta la piel y al menos una de cada cuatro familias padece


Aunque suelen clasificarse como enfermedades raras, constituyen un motivo frecuente de consulta a los médicos

Las genodermatosis, motivo frecuente de consulta, son afecciones raras que afectan la piel de las que se habla poco aunque representan «el 15% de las enfermedades genéticas a escala global y una de cada cuatro familias tienen algún integrante con alguna de estas patologías» informaron especialistas del Hospital de Clínicas.

Aunque suelen clasificarse como enfermedades raras, las genodermatosis constituyen un motivo frecuente de consulta según la médica Graciela Manzur, titular de la división de Dermatología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

«Las genodermatosis pueden ser causadas por mutaciones heredadas, es decir por transmisión de padres a hijos a través de la línea germinal, y también ocurren de manera espontánea en el individuo afectado sin que se haya heredado de ninguno de los progenitores, pero, a partir de este nuevo caso, será heredable a su descendencia», indicó Manzur.

La especialista indicó que si bien corresponden al 8% de las enfermedades raras o poco frecuentes, «todas juntas constituyen un motivo frecuente de consulta».

«En la población argentina, una de las más frecuentes es la ictiosis vulgar (con una incidencia de 1 en 250), las neurofibromatosis (1 de cada 2500 recién nacidos las tienen), la esclerosis tuberosa (1 en 6000) y las epidermólisis ampollares (1 en 50.000)», detalló Manzur en un comunicado oficial de la institución de salud.

En cuanto a sus manifestaciones, las genodermatosis suelen ocurrir mayormente desde el nacimiento o durante la infancia, si bien algunas pueden presentarse en la edad adulta, explicó Manzur, quien además es directora del Centro de Investigación en Genodermatosis y Epidermólisis Ampollar (Cedigea) de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, entidad dedicada a la investigación, docencia y atención que recibe derivaciones de pacientes de todo el país y es única en tales características.

La profesional explicó que algunas, como la epidermolisis ampollar o piel de cristal, pueden comprometer la resistencia de la piel ante el mínimo traumatismo o roce, formando ampollas o heridas.

«Hay otro grupo de pacientes que presentan la piel gruesa con escamas (ictiosis), otros en los que hay alteración en el desarrollo de las glándulas sudoríparas, del pelo, los dientes (displasias ectodérmicas), y otras personas tienen mayor posibilidad de producir tumores. A su vez, cada grupo, dependiendo del gen involucrado y su función, tiene varios subtipos con diferentes manifestaciones y tratamientos», indicó la especialista.

El tratamiento de las genodermatosis se basa en el tipo específico del trastorno y sus manifestaciones.

«Puede incluir un enfoque dermatológico, como el uso de cremas tópicas, vendajes o membranas para mantener la función de barrera de la piel que se rompió, el control de lesiones que pueden malignizarse o medicamentos orales y terapias biológicas sistémicas», sostuvo Manzur, quien remarcó la importancia de brindar atención multidisciplinaria «dadas las afecciones de otros órganos, que tienen muchas de estas enfermedades, incluyendo el asesoramiento genético para la planificación familiar y el apoyo psicológico, especialmente en casos más severos».

La progresión y el alcance de las afecciones varían según el tipo de genodermatosis y la variabilidad en su expresión.

«Algunas pueden ser más leves y controlables, mientras que otras pueden ser más graves y afectar significativamente la calidad de vida de la persona que la tiene. Hasta pueden ser incompatibles con la vida, situación que con el advenimiento de las nuevas terapéuticas está cambiando», afirmó la especialista.