Así lo adelantó a CLG el titular de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar), Carlos Mellano. Se está conversando con la Municipalidad y podría darse si sigue sin haber circulación comunitaria del virus, bajo un estricto protocolo
El sector gastronómico es uno de los que primero debió cerrar sus puertas ante el avance de la pandemia mundial de coronavirus y, también, uno de los que más demorará en poder volver a reactivarse. Si bien no ha habido al momento demasiados cierres de bares y restaurantes en Rosario, a excepción de los conocidos Bar Blanco y La Maltería, no descartan que puedan llegar a producirse cuando se reactive la economía y se acumulen las deudas. Desde la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar) dialogan con la Municipalidad con la expectativa de apertura de locales para el próximo 8 de junio, fecha en que concluye una nueva etapa de aislamiento social, preventivo y obligatorio.
“Las expectativas de apertura están centradas para el 8 de junio, si no hay circulación comunitaria del virus, si todo sigue como está. Si llega a haber alguna cuestión que dispare los contagios, se va a volver para atrás”, expresó Carlos Mellano, presidente de Aehgar, en diálogo con CLG. El referente contó además que el sector está acumulando deudas y la situación es muy compleja.
En este sentido, Mellano consideró que podría haber más cierres cuando los bares y restaurantes vuelvan a trabajar. “Cuando los negocios empiezan a trabajar, van a haber acumulado gran cantidad de deuda. En el corto plazo, llegando a septiembre/octubre, si ven que la ecuación no les cierra muchos pueden decidir cerrar, siempre y cuando el mercado les determine que las ventas no pueden licuar el gasto operativo del mes”, analizó.
Los protocolos que se deberán seguir para abrir los bares y restaurantes deberán ser muy estrictos. Desde Aehgar analizan la posibilidad de que los comercios del rubro puedan abrir de domingo a jueves, desde las 21 hasta la medianoche; y viernes y sábados, hasta las 2 de la madrugada. Para proponer esta modalidad al gobierno municipal se han basado en las experiencias de otras provincias, como Mendoza, Corrientes o Salta.
“Apertura no significa que arranquemos vendiendo, sino simplemente la palabra apertura. Los quebrantos están a la vista de la situación. En virtud de eso se transitará un camino en el que no se sabe cómo va a ser el comportamiento del consumidor ni del mercado”, afirmó Mellano.
Al mismo tiempo, el titular de Aehgar analizó varios factores. Por un lado, la cantidad de personas que por factores de riesgo de salud o edad, no va a poder salir de su hogar. Por otro, las medidas de distanciamiento que implicarían que los establecimientos abran con un 50% de la ocupación. “Hay que ver hasta dónde llega este tema del distanciamiento. Eso nos preocupa. Si se mantiene el distanciamiento, en nuestra actividad vamos a estar al 50% adentro y un porcentaje un poco mayor quizás afuera, pero manteniendo el distanciamiento de dos metros y medio entre las mesas”, dijo.
Y añadió: “La gente se va a tener que adaptar, tal como se adaptó a la fila del kiosco, del súper. Va a haber lentitud en el servicio, porque va a haber menos gente. En las cocinas vamos a tener que respetar los protocolos. Además, va a haber que limpiar las sillas y todo el lugar en el retiro del servicio. Todo va a ser mucho más lento. Se van a tener que tomar los datos a la gente, porque si llega a ocurrir algún contagio, van a poder individualizar a las personas. Porque el virus puede estar asintomático en alguna persona”.
“En Rosario va a haber también un condicionante horario. Los bares que están en el ejido urbano céntrico van a poder trabajar, mientras haya movimiento. A la noche se va a caer, por lógicas razones. La noche va a ser más difícil por la situación que estamos viviendo”, consideró.
Mellano comentó que a nivel nacional, el sindicalista del sector José Luis Barrionuevo anticipó que van a quedar abiertos 20.000 establecimientos en todo el país. “Me parece un poco mucho. Pero es complejo, hay mucho personal, muchos alquileres”, aseveró.
“Tenemos que bregar dentro de los bares por la misma burbuja social que se implementa para las salidas recreativas. Que la familia se siente junta en un bar, con el distanciamiento de dos metros y medio con las otras mesas. Ahí hay complejidad con los jóvenes”, continuó analizando el referente del sector.
Sin embargo, Mellano mantiene la expectativa de poder reabrir en diez días y ver cómo se van sucediendo las cosas: “El transitar va a ser incierto. Puede llegar a haber cierres masivos, la coyuntura amerita un análisis posterior. El que tomó créditos va a esperar a abril para poder pagar. Creo que vamos a tener que reinventarnos”.