Gremiales

Garbarino: al cierre de locales se suman pedidos de quiebra y embargos


Los empleados llevan 5 meses sin cobrar sus salarios se siguen conociendo datos de establecimientos que cierran

La crítica situación que atraviesa la empresa de electrodomésticos Garbarino no parece tener fin, ya que al cierre de locales y pedidos de quiebra se sumaron en las últimas horas solicitudes de embargos judiciales ante la falta de cumplimientos contractuales.

Los empleados llevan 5 meses sin cobrar sus salarios y al cierre de varios establecimientos se agregaron los de Cabildo y Juramente, en Belgrano, y la de Once, de Pueyrredón al 400 -una de las más importantes de la cadena-.

La estimación que evalúan los empleados es que antes de fin de mes habrá más cierres, porque la situación de asfixia financiera parece imposible de frenar y deriva en falta de pago de alquileres.

Ante este dramático cuadro, los propietarios de los locales y empleados intentaron quedarse con mercadería para compensar las pérdidas y falta de pago.

En los últimos días, bajaron las persianas los locales ubicados en Buenos Aires y el interior: San Martín, José C. Paz, La Plata, Mar del Plata, Rosario, Tucumán y San Juan.

Según trascendidos, también cerraría sus puertas el establecimiento que la cadena tiene en Villa del Parque.

Desde mayo, cerraron al menos 40 de los 105 locales que tiene Garbarino y las 46 de Musimundo y las que aun lograron sobrevivir atienden sólo de 10:00 a 13:00.

Luego de la feria judicial, la situación se agravó para la firma porque hubo presentaciones de embargos como el que formuló la cadena Cencosud.

La deuda financiera de la compañía superaría los 10 mil millones de pesos por el retraso en el pago de alquileres y además debe cubrir unos 4.953 millones de pesos por cheques rechazados.

Entre enero y abril cerraron locales en Mar del Plata, Río Cuarto, Merlo y Río Gallegos, y en las provincias de Salta y Chubut.

La empresa cambió de dueños en junio del 2020, pero ahora está en busca de nuevos socios o, incluso, de una venta, según dirigentes sindicales.

Una de las propuestas que se analizan es armar un fideicomiso, pero diseñarlo llevaría al menos dos meses y los empleados están en situación desesperante al no tener ingresos.

Uno de los potenciales obstáculos sería que el inversor pretende que los fondos que está dispuesto a invertir vayan a proveedores, para poder acceder a nueva mercadería.