Por Enrique Genovar
Central viaja a Mendoza en busca de los tres puntos para mantener vivas las chances de jugar por el premio grande que da este torneo. No fue una semana fácil, es que la derrota con Banfield trajo muchísimos interrogantes. Al cuerpo técnico le generó más que un dolor de cabeza y el pesimismo o la resignación se apoderó de muchos hinchas canallas.
Sale este, sale aquel, cambia de esquema, debe jugar este y no el otro. Fueron sentencias que se dieron en cada cruce que hubo entre los hinchas de Central en cualquier lugar de la ciudad.
Lo cierto es que con los días el cuerpo técnico fue mutando de idea. De aquella charla dura que se dio el sábado hasta este domingo pasaron muchas horas. Y este tiempo hizo que el técnico definiera un once y un esquema. En Mendoza saldrá a la cancha nuevamente la línea de cinco, se dará la vuelta de Rinaudo y la ratificación de Novaretti y Bottinelli a pesar de sus flojos rendimientos.
El Kily no escuchó a los hinchas y tras conocerse cuál será el equipo para este lunes los simpatizantes de expresaron en las redes. Es cierto de que el entrenador no tiene por qué escuchar las opiniones de los demás; pero no dio un guiño hacia la hinchada.
El técnico se la juega, casi con los mismos que estuvieron ante Banfield y que tal como dijo él algunos cometieron horrores.
La victoria de River hizo que la previa a este juego sea más incómoda aún. Lo que está claro que Central tiene que sumar de a tres independientemente de los intérpretes que utilice el entrenador. Un partido clave ante un rival que no sumó nada en ninguno de los tres partidos que jugó. El deber de ganar lo tiene Central, por historia, por la camiseta y porque el propio entrenador se lo auto exigió.