La vecina ciudad recibió una lluvia tremenda de piedras. Hay muchos daños también en otras zonas
La ciudad de Funes fue el punto más afectado por el feroz temporal que golpeó la región de Rosario en la mañana de este viernes. Con vientos huracanados, lluvias torrenciales y una pedrea de dimensiones extraordinarias, el fenómeno dejó un saldo de graves daños materiales, aunque sin víctimas fatales ni heridos de consideración.
El intendente de Funes, Roly Santacroce, describió la situación como «una catástrofe natural sin igual» y se mostró consternado por la magnitud del desastre. «Nunca vi algo así, parece una película de ciencia ficción. Lo que sucedió es algo inédito y no se puede parar», expresó.

Daños materiales sin precedentes
El temporal, que se desató cerca de las 7, arrasó con viviendas, infraestructura y espacios públicos. La Municipalidad de Funes sufrió la voladura completa de su techo, mientras que el Club Atlético Funes quedó devastado, con el colapso de sus estructuras principales. «Hace más de 25 años que trabajo en el club y nunca pasó algo semejante», lamentó Gabriela, profesora de patín.
El cuartel de bomberos de la ciudad también resultó gravemente afectado: el techo del galpón donde se resguardaban las autobombas se desplomó, dificultando las tareas de asistencia en los momentos más críticos de la tormenta. «Incluso los bomberos quedaron atrapados en sus propios vehículos, intentando contener la situación», relató Santacroce.
Las piedras de granizo se acumularon en diversas zonas de la ciudad, formando capas de hasta un metro de altura. «En los zanjones, el hielo no se derrite, lo que complica aún más las tareas de limpieza y rescate», explicó el intendente.

Asistencia y reconstrucción
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se comunicó de inmediato con las autoridades locales para ofrecer asistencia, mientras que el ministro de Gobierno e Innovación Pública, Fabián Bastía, coordinó medidas de emergencia para afrontar la crisis. Se espera la llegada de fondos nacionales para la reconstrucción, aunque Santacroce advirtió que «las herramientas no alcanzan para hacer frente a una catástrofe de esta magnitud».
El temporal afectó también a otras localidades cercanas, como Roldán, Casilda y Pujato, donde se registraron daños en viviendas, caídas de árboles y cortes de energía eléctrica. En Casilda, vientos de hasta 115 kilómetros por hora derribaron estructuras y dejaron a varias familias sin hogar, mientras que en Pujato y Roldán las intensas lluvias provocaron anegamientos y cortes de rutas.

Suspensión de actividades y alerta meteorológica
Debido a los destrozos, se suspendieron las clases en Funes, Roldán, Casilda, Pujato y Los Molinos, además de algunas escuelas en Rosario, Granadero Baigorria y San Lorenzo. También se registraron cortes en el servicio eléctrico, con cuadrillas trabajando a contrarreloj para restablecer el suministro.
Las autoridades meteorológicas advirtieron que este tipo de fenómenos extremos podrían ser más frecuentes debido al cambio climático. «Estamos viviendo cambios en el clima que nos están pasando factura. Tormentas con vientos fuertes y granizo como esta parecen haber llegado para quedarse», señaló Daniel Basile, subsecretario de Protección Civil.
Mientras Funes y la región comienzan a evaluar la magnitud de los daños, la comunidad se organiza para salir adelante en medio de un panorama desolador. «Veremos cómo nos recuperamos, pero sin dudas será un desafío enorme», concluyó Santacroce.