Por Santiago Ceron
Solos en la profundidad. Días, semanas, hasta meses sin ver la luz del sol. Encerrados en una «lata de sardinas» con toneladas de agua encima. «Para ser submarinista tenés que estar loco» es una frase que, según Daniel Álvarez y Juan Lederhos, se escucha muy seguido. CLG dialogó con estos dos ex combatientes de Malvinas, quienes se dedicaron a tripular submarinos durante su paso por la Armada, al cumplirse un año de la desaparición del ARA San Juan.
Daniel Álvarez
«Lo que se vive adentro de un submarino es algo muy particular, tenés que tener una vocación para poder servir en ese tipo de nave», comienza explicando Daniel, quien sirvió como submarinista durante tres años, entre 1981 y 1984, habiendo participado de la Guerra de Malvinas. Álvarez detalló lo que se siente al trabajar en un submarino: «No es un barco en el que salís a cubierta y ves el sol, las estrellas, las olas y lo bello que es el mar. En un submarino salís del puerto, encontrás profundidad y no ves la luz del sol hasta que volvés a puerto. Los que servimos en esa fuerza nos gusta y nos desvela todo lo que tenga que ver con un submarino».
Pero, ¿cómo hacen para pasar tanto tiempo «encerrados» sin perder la cordura? Álvarez lo explica: «Justamente, para ser calificado como submarinista tenés que tener charlas con psiquiatras y psicólogos que te hacen estudios». Y agregó: «No te da el tiempo para pensar en dónde estás. Tenés el tiempo justo para trabajar, descansar y nada más».
Hace un año, 44 de estos «locos» desaparecieron en el mar. Como dicen en las fuerzas, están en «patrulla eterna». El submarino argentino ARA desapareció el 15 de noviembre de 2017 y todavía no se conoce con certeza qué fue lo que pasó. Pero si hay algo de lo que Daniel Álvarez no duda, es de su camaradería: «En el submarino se crea un vínculo diferente, primero porque es una profesión riesgosa, y segundo porque, como nos dicen los muchachos de superficie, tenemos que estar completamente locos para meternos en una lata de sardinas. Esto desde ya que también se daba en el San Juan, pensá que entre los tres submarinos que tenía la flota sumaban, con mucha furia, 200 personas. Se conocen todos, estudiaron juntos, se ven crecer, ven crecer a sus hijos, es una comunidad. Ese es el dolor que sentimos cuando pasan cosas como estas».
Tras la desaparición del submarino, surgieron numerosas hipótesis, pero la mayoría incluía que el submarino «no estaba en condiciones». Al respecto, Álvarez opinó: «Antes había un buen mantenimiento, había repuestos, se recorrían todos los sistemas del submarino, teníamos hasta máquinas para radiografiar metales. La tecnología que teníamos era acorde a la tecnología de punta que había en esa época». Y agregó: «Con el advenimiento de la democracia y la revancha que tomaron con las Fuerzas Armadas se fue deteriorando todo».
«La flota está muy venida abajo porque no hay presupuesto»
Respecto a esto último, aseveró: «Con el momento que atraviesa el país uno no puede esperar que el presupuesto de la flota sea elevado. Primero necesitamos un país que funcione y tenga una economía acorde. Las Fuerzas Armadas no están al nivel que estaban hace 40 años, nos fuimos cayendo como país».
Además, opinó sobre si la falta de presupuesto influyó en lo que pudo haber pasado con el ARA San Juan: «Todo tiene que ver con todo, no responsabilizo a nadie, pero si uno no hace el mantenimiento de una máquina que está 80 o 90 metros bajo agua y algo te falla, no volvés a salir». Y añadió: «Hoy hay falta de navegación, no digo que esta tripulación no haya estado entrenada, pero tiempo atrás se salía a navegar cada quince días, se hacía comunión con lo que habías estudiado. Es como en todo, si uno practica, los mecanismos están aceitados y uno puede responder mejor ante una emergencia. Si uno no está entrenado te puede surgir una duda y la duda te mata, eso seguro».
Por otra parte, se han manejado muchísimas hipótesis de lo que sucedió con el submarino, entre las cuales la más aceptada es la de una explosión dentro del mismo. Al respecto, Álvarez opinó: «Hoy en día uno abre las redes sociales y siempre aparece un erudito que te asegura que lo que pasó fue tal y cual cosa, pero la realidad es que son todas conjeturas. Nadie tiene la certeza ni la información de lo que pasó». Y agregó: «Lamentablemente pagaron con su vida, ya haya sido un error humano o una falta de mantenimiento».
«Es el lema del submarinista, o nos salvamos todos o morimos todos»
Por otra parte, se refirió a la búsqueda del submarino por parte del Estado: «El gobierno hace lo que puede con la búsqueda, fue tapando agujeros como pudo, lamentablemente no estaba preparado ni el ministro ni la Marina para una catástrofe de esta magnitud. Uno siempre cree que el submarino está en condiciones y siempre se afirma que antes de zarpar no tenía mayores inconvenientes. Ahora, si hubo ocultamiento de información en los comandos eso ya es propio de la justicia».
Además, habló sobre su experiencia en la Guerra de Malvinas, una situación que marcó a toda la sociedad argentina: «Volvimos victoriosos de alguna manera, ya que en el enfrentamiento con la Royal Navy nos tiraron hasta con la dentadura postiza del comandante y no le pudieron pegar al ARA San Luis. La mejor fuerza armada anti submarina del mundo no pudo hundir a un submarino argentino, y ellos mismos lo reconocieron como un bochorno».
Por último, se refirió al dolor que atraviesan las 44 familias de los tripulantes del ARA San Juan, quienes se han manifestado con protestas, reuniones y comunicados: «La lucha de los familiares me genera desolación, es un padre que no está, un marido que no está, un hijo que no está. Es muy difícil, más en tiempos de paz, uno no encuentra consuelo para esas familias. Están dolidos, el luto lo van a tener de por vida y van a tener que convivir con el dolor porque no les queda otra opción. No va a haber día que no se piense en un ser querido que no está».
Juan Lederhos
Juan Lederhos es otro ex combatiente que sirvió como submarinista en la Armada Argentina y en la Guerra de Malvinas, donde tripuló el ARA Santa Fe. Lo hizo durante cuatro años en la década de los 80. Sobre sus comienzos contó: «Yo era personal de cuadro en medicina marina, una vez que salís egresado te dan la posibilidad de hacer una especialización y yo elegí submarinista. Si reunís todas las condiciones ingresás como alumno y tenés un curso intensivo de un año que es teórico-práctico. Si cumplís con todas las exigencias te convertís en un submarinista capacitado para tripular una nave».
Lederhos se refirió a cómo fueron cambiando las condiciones de la Armada Argentina a lo largo de los años: «Luego de la vuelta a la democracia el presupuesto disminuyó mucho y se fueron reduciendo la cantidad de submarinos. Yo estuve en submarinos que por decirlo de alguna manera ya tenían su vida acortada, ya estaban listos para sacarlos de servicio». Y agregó: «Cada unidad tiene su presupuesto y con eso se maneja el mantenimiento preventivo para la unidad y todos los equipos. Estos presupuestos se fueron recortando con el tiempo, hoy la fuerza de submarinos prácticamente no existe, es sólo un nombre».
Mucho se habló sobre si el ARA San Juan estaba en buena forma al momento de zarpar, y Lederhos aseguró que «si salió a navegar es porque todo estaba en condiciones». Y añadió: «No te vas a sumergir 60 metros debajo del agua si no sabés si vas a poder salir. Yo no pongo en tela de juicio el profesionalismo sino la calidad de los materiales que se utilizaron para su reparación, eso ya escapa a la tripulación como al personal civil que estaba afectado a la reparación del mismo».
«No me puedo a aventurar a decir qué fue lo que pasó, si ni siquiera podemos encontrar el submarino»
Además, habló sobre algunas acusaciones contra el gobierno y las Fuerzas Armadas de ocultar información sobre la comunicación con el submarino: «Desgraciadamente los argentinos somos de estar escondiendo todo; hasta el día de hoy no sé si la Armada se pudo comunicar con el San Juan o no, como tampoco sé si la Armada y el Ministerio de Defensa han dicho toda la verdad». Y agregó: «Ha venido toda la Marina del mundo con todo su equipo, hoy hay un barco privado buscando en el mismo lugar que buscaron los otros. No están buscando más allá. Es algo que en lo personal me llama la atención».
Por otra parte, habló sobre el vínculo que se genera entre los submarinistas al estar tanto tiempo bajo el agua: «La convivencia es muy fraternal, desde el comandante hasta el cocinero están en condiciones de operar cualquier equipo en su funcionamiento básico. Si bien respetamos la jerarquía, nos ayudamos entre todos». Y se refirió a lo que pudo haber sentido la tripulación en el momento del supuesto incidente: «Como veterano de guerra puedo decir lo que se siente estando adentro en el submarino y que te bombardeen con misiles y torpedos. Me imagino lo que pudo haber sufrido la tripulación. Es algo muy triste».
Además, se refirió a la lucha de las familias de los 44 tripulantes: «Los familiares tuvieron que salir a reclamar para que hagan algo, si vos no reclamás pasa de largo. Creo que gracias a los familiares y a la comunidad que se ha movido estamos donde estamos».
Por último, Juan Lederhos mostró su conmoción por un caso que impactó de la misma manera a toda la sociedad argentina: «Hace más de 30 años que estoy alejado de la fuerza y, si bien me mantengo en contacto con mis camaradas, nunca pensé que me iba afectar tanto en lo emocional, todos los días me fijo en los informes para ver si hay actualizaciones».