Ted Wood siempre supo que fue adoptado, en los 90 conoció a su madre y ahora buscó a su padre mediante una prueba de ADN pero, para felicidad de este abogado, encontró tres hijas.
El habitante de Sacramento, capital de California, tiene una esposa con la que tuvo tres hijos y en este momento se le suman tres hijas más.
Su madre biológica era una estudiante de secundario cuando lo tuvo y lo dio en adopción. Pero su padre biológico parecía haberse esfumado. Sólo sabía su nombre: Linwood Gray. En 2013 se hizo un examen de ADN en Ancestry, con la esperanza de encontrarlo.
En cambio, encontró a Melissa Daniels, de 27 años, quien resultó ser su hija. Y quien, además de una cuenta en Ancestry (banco de espermas estadounidense), tenía otra en 23andMe (otro banco), donde había dado con otras dos hijas de Wood.
«Espero que te encuentres bien cuando recibas este mensaje. Mi nombre es Melissa. Espero que no te moleste que te contacte. Quería agradecerte por haber donado. Mi papá se hizo una vasectomía después de su primer matrimonio, así que sin tu contribución mi mamá no hubiera podido tener su propia familia. Encontré otras dos hermanas en 23andMe que también fueron concebidas gracias a ti. Dado que estás aquí, espero que estés abierto a la idea de que te contactemos», textuales palabras de la mayor de las nuevas hijas del abogado.
«Lo único en lo que podía pensar era cómo le iba a decir esto a mi esposa», recordó Ted entre risas.
Temor fue la primera sensación, el hombre no recordaba ser donante de esperma. Pasaron los días y tomó valor para contactarse con la joven Melissa, profesora de inglés para extranjeros con residencia en Arlington, Texas. Y además, tiene dos hijos, es decir, también descubrió que es abuelo.
Cuando tenía 14 años Daniels supo, por su madre, que su padre, muerto cuando ella tenía siete, no era su padre biológico. Desde entonces buscó respuestas a las numerosas preguntas que le despertaba el hecho de haber sido concebida con un donante.
«Yo fui adoptado, no conozco parte de la historia de mi familia», dijo Wood al noticiero de NBC. «Entiendo lo que está pasándole a Marissa. Y nunca quise que sintiera que había una puerta cerrada».
Comenzaron a intercambiar mensajes, primero sólo con detalles biológicos, luego sobre todos los pequeños temas de sus vidas cotidianas, desde la política hasta el gusto por Monty Python. En diciembre, cuando la madre de Daniels murió de complicaciones de una parálisis cerebral, la mujer sintió que, de algún modo, se le volvía urgente conocer a su padre biológico.
Ted Wood le marcó a su joven hija que no se sentía como «una figura paterna» pero accedió a conocerla sin problemas y hasta compartir historia familiar con ella. Desde allí, Melissa viajó a Sacramento.
En un hotel de Irvine, California, se reunió con sus otras dos hermanas de donante Alexandra Cheshire y Hannah Maitland, encontradas en 23andMe. Wood y su esposa, Susan, llegaron al hotel con sus hijos menores, Ethan, de 14 años, y Olivia, de 7. Se abrazaron. «Bienvenida», le dijo Wood a Daniels. Olivia les regaló a sus hermanas un dibujo que había hecho para la ocasión. Ethan dijo que la situación lo hacía sentir raro, y Daniels le dijo que a ella también. «Trato de procesar que tengo un hermano menor que es más alto que yo», lanzó con gracia.
Wood no encontró datos sobre su padre a partir del ADN. Pero otra investigación, paralela, que realizaba, lo condujo al Departamento de Policía de Houston. Conoció entonces la trágica historia de Gray. Tras terminar la escuela secundaria, su padre biológico había ido a la universidad y luego se había casado. Pero se separó de esa mujer y tuvo una pareja masculina. Se enamoraron y comenzaron a vivir juntos en Houston. Hasta que, una noche de 1982, Gray discutió con el hombre, lo mató y se suicidó.