Por José Odisio
Newell’s pasó la prueba de Boca con éxito. El empate dejó buenas sensaciones porque el equipo se plantó firme en la Bombonera, aunque Kudelka se fue con algo de bronca, por el arbitraje y porque creía que la Lepra lo pudo ganar.
Es exigente Frank. En estos tiempos donde cosechar cualquier punto vale mucho, el DT no se conforma sólo con sumar. Apuesta a que el equipo juegue, sea protagonista, piense en el arco rival siempre, sin importar rival o escenario. «Debo respetar mi pensamiento y la historia de un club como Newell’s», confiesa. Y en esa frase, simple pero con gran contenido, el DT demuestra entender la idiosincrasia de la institución mucho más que otros surgidos en el Parque.
En épocas de necesidades, con la angustia de la tabla de promedios acechando, el hincha leproso aceptaría priorizar el resultado sobre el juego. Ya lo hizo alguna vez con el profe Castelli o con Caruso, en situaciones similares. Todo sea por no descender.
Pero el espejo de Kudelka parece ser otro, más ambicioso, más parecido a la valentía que asumió el Tata Martino en aquella temporada 2012/13, cuando Newell’s arrancó último en los promedios y terminó campeón. Es que si la Lepra está en la zona de arriba, la consecuencia inmediata será salir de la tabla de abajo. Claro que con el Tata era más fácil creer para el hincha. Si el DT decía no hay que mirar los promedios, nadie lo hacía. Con Kudelka todavía hay cierta resistencia. Aunque a fuerza de juego y resultados todos empiezan a tener un poco más de paz interior, aunque por ahora sigan con la calculadora en el bolsillo.