Tutu, que falleció hoy a los 90 años, fue una de las inspiraciones que reconoció el papa Francisco en su última encíclica, Fratelli tutti, de 2020
El papa Francisco expresó su «tristeza» por la muerte del arzobispo anglicano Desmond Tutu, fallecido este domingo en Sudáfrica a los 90 años, y destacó su rol en la «promoción de la igualdad racial y reconciliación» en su país, al recordar la figura del Premio Nobel que fue una de las inspiraciones para su última encíclica.
«Su Santidad el papa Francisco se entristeció al conocer la muerte del arzobispo Desmond Tutu, y ofrece condolencias de corazón a su familia y seres queridos», planteó el secretario de Estado Pietro Parolin en un telegrama enviado hoy al nuncio apostólico de Sudáfrica, Peter Wells.
«Consciente de su servicio al Evangelio a través de la promoción de la igualdad racial y la reconciliación en su Sudáfrica nativa, Su Santidad encomienda su alma al amor misericordioso de Dios todopoderoso», agregó la misiva dada a conocer por la oficina de Prensa de la Santa Sede.
Tutu, ganador del Premio Nobel de la Paz que falleció hoy a los 90 años, fue una de las inspiraciones que reconoció el papa Francisco en su última encíclica, Fratelli tutti, de 2020.
Tutu, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, fue uno de los «hermanos» a los que el pontífice reconoció como motivaciones que lo llevaron a escribir su encíclica dedicada a la fraternidad.
«En este espacio de reflexión sobre la fraternidad universal, me sentí motivado especialmente por san Francisco de Asís, y también por otros hermanos que no son católicos: Martin Luther King, Desmond Tutu, el Mahatma Mohandas Gandhi y muchos más», planteó Jorge Bergoglio en el punto 286 de Fratelli tutti.
«El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado», afirmó este domingo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa al anunciar la muerte del religioso.
Tras la llegada de la democracia en 1994, y la elección de su amigo Nelson Mandela como presidente, Desmond Tutu, que dio a Sudáfrica el apelativo de «Nación del Arcoíris», presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), creada con la esperanza de que pasara la página del odio racial