El sumo pontífice sostuvo que el "ecocidio" debería ser reconocido como un crimen contra la paz y el jurista argentino apoyó los dichos en su visita al Vaticano
El sumo pontífice sostuvo que el «ecocidio» debería ser reconocido como un crimen contra la paz y el jurista argentino apoyó los dichos en su visita al Vaticano
El jurista argentino Roberto Carlés apoyó este viernes la propuesta del papa Francisco para que las acciones de destrucción del ambiente, o «ecocidio», sean consideradas como un «crimen contra la paz».
El Papa Francisco anunció que la Iglesia planea introducir el ecocidio o pecado ecológico en el catecismo, ya que el comportamiento contra el medio ambiente produce un daño contra «la casa común», expresó Bergoglio durante su discurso en el XX Congreso Internacional de la Asociación de Derecho Penal, que se celebró en Roma en noviembre.
«El ecocidio, sostuvo el Santo Padre, debe ser reconocido como un crimen contra la paz», planteó Carlés en un artículo publicado este viernes en L’Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, en referencia al pedido que hizo el pontífice a la comunidad internacional a fines de noviembre.
Según el jurista, el pontífice planteó entonces «que un sentido elemental de la justicia requeriría que ciertas conductas no quedasen impunes, en particular, todas aquellas que pueden ser consideradas como ecocidio: la contaminación masiva del aire, de los recursos de la tierra y del agua, la destrucción a gran escala de flora y fauna, y cualquier acción capaz de producir un desastre ecológico o destruir un ecosistema«.
«El derecho no puede permanecer impávido frente a conductas que atentan gravemente contra nuestra casa común y, de ese modo, amenazan la paz. Es tiempo de que la comunidad internacional asuma este compromiso«, dijo Carlés en el escrito publicado en las ediciones en italiano y en español del periódico oficial de la Santa Sede.
En noviembre pasado, en un discurso en el XX Congreso Internacional de la Asociación de Derecho Penal, Bergoglio definió al ecocidio como toda «acción u omisión» que se manifieste en «actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía ambiental«, y pidió su inclusión en el catecismo como un pecado.