El papa Francisco renovó hoy su rechazo a la eutanasia y pidió respetar la vida «hasta su fin natural», tras recibir al padre de Alfie Evans, el niño inglés de 23 meses que permanece hospitalizado desde diciembre de 2016 en «estado semi-vegetativo» y que la Justicia británica autorizó a desconectar pese a la negativa de su familia.
«Quisiera reafirmar que el único jefe de la vida desde el inicio al fin natural es Dios, y nuestro deber es hacer todo para cuidar la vida»; planteó el pontífice este miércoles en la audiencia general en Plaza San Pedro.
«Pensemos en silencio para que sea respetada la vida de todas las personas, en especial la del pequeño Alfie Evans», agregó Jorge Bergoglio, que antes de la audiencia había recibido a Thomas Evans, padre del niño, en su residencia de Santa Marta.
Alfie tiene 23 meses y permanece hospitalizado desde diciembre de 2016 en «estado semi-vegetativo» debido a una condición neurológica degenerativa desconocida, y el Alder Hey Children’s Hospital pidió a la Justicia que le dé autorización para desconectar al niño, argumentando que no hay solución a su problema de salud.
La Corte de Apelación de Inglaterra aceptó el pedido del centro médico y negó el recurso presentado por los padres de Alfie Evans, quienes solicitaron que su pequeño sea trasladado a Italia para seguir recibiendo tratamiento médico.
«La condición clínica de Alfie es realmente descorazonadora, pero en cada fase del proceso legal que se sigue en estos casos los tribunales acordaron con el equipo médico, asesores expertos independientes y la familia que su condición es irreversible y no puede tratarse», indicó un portavoz médico esta semana.
El pedido de los padres fue también rechazado por el Supremo -máxima instancia judicial de este país- y la Corte Europea de Derechos Humanos, mientras que el miércoles pasado la justicia británica detalló un plan médico para poner fin a la vida de Alfie.