En medio de la tensión entre las ONGs que rescatan migrantes en el mar Mediterráneo y el Gobierno italiano, el papa Francisco celebró hoy una misa en la que llamó a ayudar a los inmigrantes a los que llamó «símbolos de todos los descartados de la sociedad globalizada».
Francisco remarcó además que los migrantes «son antes que nada seres humanos». La polémica por la política italiana de «puertos cerrados» sumó hoy un nuevo capítulo con la intervención de la máxima autoridad de la Iglesia Católica en apoyo explícito a los miembros de organizaciones no gubernamentales dedicadas a salvar vidas de migrantes que naufragan o viajan precariamente en el Mediterráneo.
«Jesús revela a sus discípulos la necesidad de una opción preferencial por los últimos, que han de ser puestos en el primer lugar en el ejercicio de la caridad», aseguró este lunes el pontífice en una misa por el sexto aniversario de su viaje a la isla italiana de Lampedusa.
A poco de ser ungido Papa, Francisco decidió que su primer viaje fuera de Roma fuese a esa isla del Mediterráneo y uno de los principales puertos europeos a los que desde África llegan botes y otras embarcaciones de migrantes, a modo de intento de visibilización de la cuestión de los refugiados.
«En este sexto aniversario de mi visita a Lampedusa, pienso en los últimos que todos los días claman al Señor, pidiendo ser liberados de los males que los afligen», afirmó en ese sentido durante la celebración en la Basílica de San Pedro, frente a inmigrantes y socorristas.
La misa del Papa se dio tras una semana de tensiones entre el gobierno italiano y varias ONGs, por la decisión del viceprimer ministro, Matteo Salvini, que en su carácter de ministro del Interior resolvió prohibir el desembarco de migrantes en sus puertos, a menos que sea reubicados en otros países de la Unión Europea (UE).
El viceprimer ministro italiano, activo usuario de Twitter, apenas se refirió hoy a la misa oficiada por Francisco y en cambio críticó la portada del diario Repubblica, que planteó en su edición impresa la disyuntiva a los católicos si «Salvini o el Papa».
Salvini, dirigente de la derechista Liga Norte acusa a las ONG de favorecen la actividad de los traficantes de personas con los rescates en altamar. El Gobierno italiano, del que también forma parte el Movimiento Cinco Estrellas, reclama al resto de los países europeos «solidaridad» para repartir las personas que llegan por vía marítima
A raíz de la política de «puertos cerrados», motivo de conflicto en el seno de la UE, en los últimos días barcos de ONGs tuvieron serios problemas para desembarcar a los náufragos en puertos italianos.
El caso que tomó mayor trascendencia fue el de Carola Rackete, capitana del barco de rescate de migrantes de la ONG Sea Watch 3, que fue detenida acusada de «violencia contra nave de guerra» por las maniobras que hizo a su entrada al puerto de Lampedusa con 42 inmigrantes ilegales a bordo.
No obstante, los cruces con el Ejecutivo italiano continúan. Este lunes, la policía de Lampedusa confiscó el velero «Alex», de la ONG Mediterránea, que el sábado había desembarcado a 41 náufragos sin permiso del gobierno.
La confiscación, luego de la multa de 16.000 euros aplicada el sábado, fue comunicada hoy al capitán Tommaso Stella, quien además es investigado por «favorecimiento de la inmigración clandestina» y deberá declarar en las próximas horas, informó el diario italiano.
Quienes migran hacia Europa son «los últimos engañados y abandonados para morir en el desierto; son los últimos torturados, maltratados y violados en los campos de detención; son los últimos que desafían las olas de un mar despiadado; son los últimos dejados en campos de una acogida que es demasiado larga para ser llamada temporal», subrayó Francisco. El papa agradeció a los rescatistas el «hermoso signo de humanidad, gratitud y solidaridad».