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Francisco llamó «crímenes de guerra» los ataques a civiles y pidió prohibir la gestación subrogada


El Papa reiteró su llamado "a todas las partes implicadas para que acuerden un alto el fuego sobre todos los frentes, incluso en el Líbano

El papa Francisco consideró hoy que los ataques a civiles en los conflictos abiertos en Ucrania y Gaza son «crímenes de guerra» y rechazó que se los considere «daños colaterales», al tiempo que, al dar su tradicional discurso al Cuerpo Diplomático acreditado en el Vaticano en el que repasó la coyuntura mundial, pidió que se prohíba a nivel global la gestación subrogada y afirmó que la llamada «ideología de género» es «extremadamente peligrosa».

«En un contexto en el que ya no parece observarse una distinción entre los objetivos militares y civiles, no hay conflicto que no termine de algún modo por golpear indiscriminadamente a la población civil. Los sucesos de Ucrania y Gaza son una prueba evidente de esto», lamentó Francisco al dar su mensaje a embajadores de todo el mundo en la denominada Aula de las Bendiciones del Palacio Apostólico vaticano.

«No debemos olvidarnos de que las violaciones graves del derecho internacional humanitario son crímenes de guerra, y que no es suficiente con evidenciarlos, sino que es necesario prevenirlos», enfatizó luego el pontífice en el que es considerado el discurso central de la diplomacia vaticana para el año.

Para el Papa, «puede que no caigamos en la cuenta de que las víctimas civiles no son daños colaterales; son hombres y mujeres con nombres y apellidos que pierden la vida».

Ante representantes de la mayoría de los 184 Estados que tienen relaciones con el Vaticano, Francisco aprovechó la primera gran cita política del año para repasar los conflictos abiertos en el mundo y trazar las grandes líneas de trabajo de la Santa Sede para 2024, con referencias al cambio climático, a la Inteligencia Artificial y a la agenda social que lo preocupa.

Tras condenar «cualquier forma de terrorismo y extremismo», consideró en su discurso que «no es este el modo en el que se pueden resolver las controversias entre los pueblos; es más, las hacen más difíciles, causando sufrimiento a todos».

«De hecho, lo que provocó fue una fuerte respuesta militar israelí en Gaza que ha traído la muerte de decenas de miles de palestinos, en su mayoría civiles, entre ellos muchos niños, adolescentes y jóvenes, y ha provocado una situación humanitaria gravísima con sufrimientos inimaginables», desarrolló Jorge Bergoglio.

En ese marco, reiteró su llamado «a todas las partes implicadas para que acuerden un alto el fuego sobre todos los frentes, incluso en el Líbano, y para la inmediata liberación de todos los rehenes en Gaza» y pidió «que la población palestina reciba las ayudas humanitarias y que los hospitales, las escuelas y los lugares de culto cuenten con toda la protección necesaria».

«Confío en que la Comunidad internacional promueva con determinación la solución de dos Estados, uno israelí y uno palestino, así como también un estatuto especial internacionalmente garantizado para la Ciudad de Jerusalén, de modo que israelíes y palestinos puedan por fin vivir en paz y con seguridad», reclamó de cara al futuro en la región.

En ese contexto, el Papa se sumó a las voces que advierten por una posible regionalización de la guerra y aseveró que «el actual conflicto en Gaza desestabiliza ulteriormente una región frágil y cargada de tensiones», antes de advertir en particular a la situación de Siria y Líbano.

Además de referirse a uno de los conflictos centrales de la actualidad, consideró como «deplorable» la maternidad subrogada y pidió que se prohíba en todo el mundo, al tiempo que afirmó que la llamada «ideología de género» es «extremadamente peligrosa» y parte de las «colonizaciones ideológicas».

«El camino hacia la paz exige el respeto de la vida, de toda vida humana, empezando por la del niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial», sostuvo.

«En este sentido, considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre», agregó luego el Papa.

«Por ello, hago un llamamiento para que la Comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica», reclamó, en línea con las políticas promovidas por Gobiernos como el italiano para que la práctica se considere un delito perseguido en cualquier país en el que se cometa.

En ese marco, Jorge Bergoglio lamentó también «los intentos que se han producido en las últimas décadas de introducir nuevos derechos, no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables» que «han dado lugar a colonizaciones ideológicas».

El Papa aseveró que «ocupa un lugar central la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos».

«Tales colonizaciones ideológicas provocan heridas y divisiones entre los Estados, en lugar de favorecer la construcción de la paz», enfatizó.

En el plano geopolítico, además del conflicto en Medio Oriente, se centró en lo que consideró «los casi dos años de guerra a gran escala de la Federación Rusa contra Ucrania» y lamentó que «la deseada paz no ha logrado todavía encontrar sitio en las mentes y en los corazones, a pesar de las numerosísimas víctimas y la enorme destrucción».

«No se puede dejar que se prolongue un conflicto que se va gangrenando cada vez más, en perjuicio de millones de personas», reclamó sobre la guerra iniciada en febrero de 2022.

Además de reclamar el fin de la carrera armamentística y abogar por una respuesta eficaz al cambio climático, puso su atención también en el desafío de la Inteligencia Artificial, de la que pidió que «permanezca al servicio del hombre».

Al recordar la situación en las Américas, planteó que «si bien no hay guerras abiertas» en la región, «existen fuertes tensiones entre algunos países, por ejemplo entre Venezuela y Guyana, mientras que en otros, como Perú, observamos fenómenos de polarización que socavan la armonía social y debilitan las instituciones democráticas».

«Sigue siendo preocupante también la situación de Nicaragua; es una crisis que se prolonga desde hace tiempo con dolorosas consecuencias para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica» tras la persecución a obispos y sacerdotes, puntualizó.

En un discurso con una mirada integral sobre la paz, y además de exigir soluciones a las crisis migratorias abiertas en el mundo, especialmente en el Mediterráneo, el Papa se refirió también a los avances obtenidos en la cumbre climática COP28 de fines del año pasado y, en ese ámbito, aseguró que hay «desastres que también son atribuibles a la acción o la negligencia humanas y que contribuyen gravemente a la actual crisis climática, como la deforestación de la Amazonia, que es el pulmón verde de la tierra».

Para Francisco, «la crisis climática exige una respuesta cada vez más urgente y requiere la plena implicación de todos, así como de toda la comunidad internacional».