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Francisco: «Líbano es una promesa por la que vale la pena luchar»


El Sumo Pontífice se reunió con el premier libanés en el Vaticano con el objetivo de estabilizar la situación en el país del Medio Oriente

El papa Francisco recibió este jueves en el Vaticano al nuevo premier libanés, Najib Mikati, quien asumió en septiembre pasado el cargo por tercera vez para buscar sacar al país de la crisis económica y política que atraviesa.

Mientras el Vaticano espera por una estabilización política en el denominado «País de los cedros» para preparar una visita papal, el pontífice y Mikati se reunieron durante 20 minutos en la Biblioteca Provada del Palacio Apostólico vaticano.

«Líbano es un país, un mensaje, y también una promesa por la que vale la pena luchar», dijo el Papa tras la reunión, y antes de lamentar los momentos «feos y difíciles» que atravesó el país y de asegurar su «oración, cercanía y trabajo para un esfuerzo común internacional que ayude al Líbano a levantarse».

El premier libanés le obsequió al Papa un ladrillo de la Iglesia melquita de San Salvador, gravemente dañada durante la explosión que azotó a la capital Beirut en agosto de 2020.

Mikati, de 65 años, asumió en septiembre el cargo que ya ocupó por unas semanas en 2005 y luego entre 2011 y 2014, en medio de una situación económica agravada por la pandemia por la que, por ejemplo, la tasa de pobreza aumentó del 25% en 2019 al 74% en 2021.

Multimillonario de lazos con el establishment local e internacional, al punto de ser el hombre más rico del país, Mikati formó el nuevo gobierno con el apoyo de los principales partidos confesionales neoliberales en el poder.

Mikati, del Islam sunita, accedió a su tercer mandato al frente de un Gabinete en el que se dividen cristianos y musulmanes, y que tiene como una de sus prioridades reiniciar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un paquete de rescate financiero.

En julio, en una intervención con la que cerró la jornada de oración dedicada a la paz en el Líbano por la que reunió en el Vaticano a los líderes cristianos del país, Francisco había convocado a los representantes de las Iglesias locales a no darse por «vencidos» en su reclamo para la superación de la crisis.

«No nos demos por vencidos», había sido el reclamo papal el 1 de julio junio, cuando pidió el fin de las «injerencias» extranjeras y convocó al diálogo a los musulmanes para «construir juntos un futuro».

«No nos cansemos de implorar al Cielo esa paz que los hombres tienen dificultad de construir en la tierra. Pidámosla con insistencia para Medio Oriente y para Líbano», planteó el Papa en sus palabras de cierre, desde la Basílica de San Pedro, de la Jornada por la que estuvo reunido con nueve Patriarcas de las Iglesias cristianas del país durante todo un día.

En abril, Francisco había expresado su deseo de visitar el Líbano «tan pronto se den las condiciones» durante una audiencia privada en el Vaticano con el primer ministro designado libanés, Saad Hariri, que luego falló al formar Gobierno.