El Papa Francisco consideró «cruel e injusto» que haya gente sin acceso a alimentos y advirtió que «la lucha contra el hambre y la desnutrición no cesará mientras prevalezca exclusivamente la lógica del mercado y se busque sólo la ganancia a toda costa», en un mensaje por el Día Mundial de la Alimentación.
«Resulta cruel, injusto y paradójico que, hoy en día, haya alimentos para todos y, sin embargo, no todos tengan acceso a ellos, o que existan regiones del mundo en las que la comida se desperdicia, se desecha, se consume en exceso o se dedican alimentos a otros fines que no son alimenticios», dijo el pontífice en una misiva dirigida al director de la Oficina de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, el chino Qu Dongyu.
Jorge Bergoglio señaló también que «vemos cómo la comida deja de ser un medio de subsistencia para convertirse en un cauce de destrucción personal».
En ese marco, el Papa planteó que «frente a los 820 millones de personas hambrientas, tenemos al otro lado de la balanza casi 700 millones de personas con sobrepeso, víctimas de hábitos alimenticios inadecuados».
«Estos ya no son simplemente emblemas de la dieta de los pueblos de opulencia, sino que comienzan a habitar incluso en países de renta baja, donde se sigue comiendo poco y mal, copiando modelos alimenticios de las áreas desarrolladas», analizó.
Y enfatizó: «Por causa de la malnutrición, las patologías vinculadas a la opulencia pueden derivar tanto en un desequilibrio por ‘exceso’, cuyos resultados son a menudo la diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades degenerativas, como en un desequilibrio por ‘defecto’, documentado por el creciente número de muertes por anorexia y bulimia».
En su mensaje, Francisco planteó que «la lucha contra el hambre y la desnutrición no cesará mientras prevalezca exclusivamente la lógica del mercado y se busque sólo la ganancia a toda costa, relegando los alimentos a un mero producto de comercio, sujeto a la especulación financiera y distorsionando su valor cultural, social y simbólico».