La oposición francesa se mostró decepcionada por los anuncios de reformas que formuló el presidente Emmanuel Macron, durante una conferencia de prensa en el Eliseo. Las críticas se enfocaron en que no hubo ninguna pista concreta ni giros, sino autocomplacencia.
El presidente de los Republicains, Laurent Wauquiez, consideró que «el recorte de tasas no basta» y añadió que esperaba «algún gesto y corrección de los graves errores cometidos en dos años» por parte del mandatario.
«Vago y liviano», fue el juicio sobre Macron del líder de los ex aliados de la ultraderechista Marine Le Pen en Debout la France, Nicolas Dupont-Aignan. Para Sebastien Chenu, portavoz del Rassemblement National (ex Frente Nacional), Macron descartó las reivindicaciones más profundas y explicó que «seguirá con la misma política, incluso la acelerará».
La misma insatisfacción mostró la izquierda. «Relanzó la crisis política en lugar de apagarla», comentó el líder de La France Insoumise, Jean-Luc Melenchon.
Fabien Roussel, secretario de los comunistas, sostuvo que «lo de Macron fue un ejercicio de autoelogio», consignó la agencia de noticias Ansa. Por su parte el eurodiputado ecologista Yannick Jadot se declaró «terriblemente frustrado» de ver a un presidente «en permanente campaña electoral».
Tampoco los dirigentes de los «chalecos amarillos» se mostraron convencidos y están más decididos que nunca a mantener la presión sobre el gobierno. Para el sábado se confirmaron manifestaciones en París y Estrasburgo, el «24to. acto de protesta», en tanto para el 1 de mayo está programada una gran movilización nacional.