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Francia examinará «caso por caso» los pedidos de asilo del Aquarius


El gobierno de Francia consideró este domingo que todavía es «imposible» determinar el número de demandantes de asilo rescatados por el barco Aquarius que serán recibidos en su país y aseguró que sus pedidos serán examinados «caso por caso» conforme a la ley.

En un intento de ser la contracara del nuevo gobierno de derecha italiano y en sintonía con el flamante Ejecutivo socialista español, el vocero del Palacio Elíseo, Benjamin Griveaux, aseguró que a los inmigrantes que «acaban de desembarcar en Valencia» se los acogerá «si responden a los criterios fijados por la ley». Griveaux sostuvo que «toma un tiempo saber cuáles son sus nacionalidades, sus motivos para pedir el asilo. Primero hay que darles tratamiento médico, acogerlos, ayudarlos a levantarse, y después llegará el examen» de sus demandas, según la televisión pública France 2.

En este sentido, el Ministerio del Interior francés ya ordenó el despliegue en Valencia -donde hoy desembarcaron los más de 600 refugiados y migrantes africanos del Aquarius- de una misión de su Oficina para la Protección de Refugiados (Ofpra) para quienes de ellos pueden calificar para quedarse en el país galo como asilados. «La Ofpra se encargará de identificar entre estas personas a refugiados con necesidad de protección que puedan ser acogidos en nuestro territorio», dijo el comunicado de Interior, citado por la agencia de noticias EFE. Este anuncio provocó una reacción inmediata en la extrema derecha francesa, liderada por Marine Le Pen.

«Me alegro de que estén sanos y salvos. Pero estoy sumamente preocupada, (porque) he oído al primer ministro decir que una parte de ellos va a venir a Francia», dijo la ex presidenta del Frente Nacional al canal CNews. Para ella, la acogida de refugiados del Aquarius en Francia será «la señal de que nuestras fronteras siguen abiertas» y hará que «la próxima vez los barcos vayan directamente a los puertos franceses».

En los últimos días, el naufragio del Aquarius en el Mediterráneo desnudó una vez más la falta de voluntad política de la Unión Europea de recibir a los refugiados y migrantes que escapan de países que son sus socios y aliados en África, Medio Oriente y Asia Central.