Los menores de once años no deberían tener teléfono móvil, mientras que el uso de dispositivos inteligentes con acceso a Internet debería prohibirse a los menores de trece años, según el informe
Francia debería limitar el uso de teléfonos inteligentes y redes sociales entre los niños y adolescentes, según un grupo de expertos encargado por el presidente Emmanuel Macron, en un contexto de creciente preocupación mundial por el impacto negativo en las mentes jóvenes.
Los menores de once años no deberían tener teléfono móvil, mientras que el uso de dispositivos inteligentes con acceso a Internet debería prohibirse a los menores de trece años, según el informe.
Las aplicaciones de redes sociales deberían prohibirse a los menores de 15 años, y los mayores de 15 sólo deberían tener acceso a plataformas consideradas «éticas». Los legisladores serían los encargados de decidir qué plataformas podrían considerarse como tales.
En enero, Macron se comprometió a elaborar una legislación más estricta para frenar el tiempo que los niños pasan frente a la pantalla y el uso de las redes sociales.
Sus esfuerzos reflejan la creciente inquietud internacional entre padres, psicólogos y responsables políticos ante la posibilidad de que las nuevas tecnologías estén perjudicando más que beneficiando a las mentes jóvenes.
El año pasado, el cirujano general de Estados Unidos dijo que las redes sociales pueden dañar profundamente la salud mental de los jóvenes, y pidió a las empresas tecnológicas que protejan a los niños que se encuentran en etapas críticas de su desarrollo cerebral.
El grupo de expertos, dirigido por la neuróloga Servane Mouton y el profesor de psiquiatría Amine Benyamina, e integrado también por expertos en educación, derecho y tecnología, entregó sus conclusiones a Macron el martes.
De momento no hay un calendario para la nueva legislación y no está claro hasta qué punto seguirá las recomendaciones de los expertos.