Macron reveló que los esfuerzos se centrarán en la lucha contra el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes
Francia multiplicará sus esfuerzos para ayudar a «decapitar» a los grupos cercanos a Al Qaeda que operan en la región africana de Sahel, dijo este martes el presidente Emmanuel Macron por videoconferencia en una cumbre a los líderes de la región.
También instó a los países del llamado G5 Sahel -Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger- a ampliar su propia lucha antiintegrista y a trabajar en el restablecimiento del control gubernamental en las zonas donde actúan los yihadistas.
«Estamos volviendo a involucrar a nuestras fuerzas para decapitar sus fuerzas», dijo Macron durante la cumbre de dos días en la capital chadiana de Yamena que reúne a los cinco países de la región africana de Sahel y Francia para hacer un balance de la lucha antiyihadista en la región.
Macron no mencionó una eventual retirada de los 5.100 soldados franceses actualmente estacionados en la región como parte de su operación Barkhane, después de que pérdidas francesas en ataques yihadistas provocaran llamadas para revisar el costo y la utilidad de la operación.
El mandatario francés dijo que los esfuerzos se centrarán en la lucha contra el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM) y, en particular, contra uno de sus principales grupos armados, Katiba Macina, reprodujo la agencia de noticias AFP.
El objetivo es «avanzar con más fuerza contra el terrorismo», al tiempo que se consigue una «sacudida política» para reimponer la presencia del Estado y asegurar el apoyo interno a los esfuerzos de contrainsurgencia.
«Hemos logrado obtener algunos éxitos reales en la zona de las tres fronteras» entre Níger, Malí y Burkina Faso, añadió Macron. «El principal grupo en la mira, el GSIM ha perdido su dominio y ha sufrido numerosas pérdidas».
Esta cumbre de dos días se celebra un año después de la de Pau (suroeste de Francia) que desembocó en un refuerzo militar en la llamada zona de «tres fronteras» y el envío de otros 600 soldados franceses, con lo que se pasó de 4.500 a 5.100.
Más de ocho años después del comienzo en el norte de Malí de una crisis de seguridad, casi no transcurre un día en los tres principales países afectados sin un ataque. Los civiles son las principales víctimas del conflicto, que ya ha provocado el desplazamiento de dos millones de personas.