Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Central terminó una muy buena temporada. Es que la clasificación a los octavos de final de Sudamericana y el hecho de haber ganado el Clásico en la manera en la cual lo hizo la califican a la misma de esta manera. Fueron unos meses frenéticos donde el entrenador estuvo cerca de no continuar y ahora su estadía nadie la discute. Lo que pasó en el último tiempo es difícil de separar lo que sucedió en el puñado de partidos que se jugaron el año pasado, por eso el adjetivo de muy buena engloba desde que se empezó a jugar tras el gran receso hasta el último encuentro de la zona de grupos por la Copa.
Fue una temporada que estuvo marcada por una decisión dirigencial. Es que la pandemia les indicó a los dirigentes que era el momento para parar la pelota. Corregir las finanzas que estaban complicadas tras las grandes erogaciones en la era Cocca, darle la oportunidad a un técnico de la casa tras lo que fue la frustración de Paulo Ferrari y por sobre todas las cosas promocionar juveniles al plantel de primera.
La elección de Kily González no tuvo voces en contra, todo lo contrario. Así el DT, con un cuerpo técnico casi todos de la casa comenzó su primera experiencia como entrenador. Una etapa que comenzó con un plantel austero, sin figuras y con un Emiliano Vecchio que generaba más interrogantes que certeza.
La zona en la Copa Diego Armando Maradona no fue sencilla. Y encima estuvo el bravo Banfield que desfiló sin problemas. Tras no poder acceder al grupo que iba a pelear por el título el Canalla fue el mejor de los perdedores de su lado y no pudo ganar la final de la fase Complementación. Encima, días más tarde llegó lo peor del ciclo: la eliminación ante Boca Unidos de Corrientes en la Copa Argentina. Allí el proceso del Kily se llenó de dudas y hubo poco tiempo para digerir aquella vergonzosa eliminación.
Llegaron refuerzos necesarios y la vuelta al ruedo de Marco Ruben. Con nuevos nombres pero con la mochila de aquella derrota tuvo comienzo el nuevo torneo. En el certamen hubo momentos de muchas dudas y el ciclo del Kily estuvo cerca de llegar a su fin.
Sin embargo, el cuerpo técnico encontró funcionamiento y llegó a la última fecha con chances de clasificar a cuartos algo que finalmente no sucedió. Antes de esto hubo un partido clave para el DT, el Clásico. El Canalla bailó y goleó a su rival de toda la vida, así el técnico logró su primer gran objetivo al frente del equipo. Pero para poder afianzarse en su cargo necesitaba lo que sucedió después, la clasificación a los octavos de la Sudamericana.
El andar de Central por la competencia no comenzó para nada bien (perdió ante 12 de Octubre), pero a partir de ahí vino lo mejor y llegaron las dos victorias frente a San Lorenzo y la goleada ante Huachipato.
Fue una muy buena temporada la que tuvo Central y para clasificarla así no es un dato menor el hecho de que el DT tuvo un plantel con muchos juveniles, y como es lógico el desempeño del equipo tuvo altibajos. Pero el hecho de cómo triunfó ante Newell’s y la clasificación a octavos terminaron siendo objetivos muy valiosos que consiguió este grupo; encima con Vecchio como la gran figura.